Las empresas de transporte burgalesas amenazaron con parar si la Junta de Castilla y León no les pagaba de manera inmediata por las rutas escolares. Durante la reunión mantenida hace unos días se les pidió perdón por este retraso y se prometió que se iba a pagar una parte después de la Semana Santa, como así ha ocurrido finalmente. Educación ya ha ingresado la cantidad que correspondía a los meses de noviembre y diciembre, pero aún se deben otros tres meses para solucionar toda la deuda.
Desde las empresas de transporte se informó a la administración regional de que pararían desde el día 10 de este mes si no se ofrecían soluciones inmediatas, pero parece que la reacción ha llegado con este primer ingreso realizado esta semana. Eso sí, desde Educación se prometió que se iban a pagar tres meses y por ahora únicamente han sido dos. Las compañías confían en que el resto de meses que faltan, que son enero, febrero y marzo, se abonen cuanto antes. De hecho, como ha podido conocer este periódico, durante los próximos días se producirán más reuniones entre ambas partes para ver cómo se soluciona por fin el tema.
En el mes de marzo se denunció públicamente la situación, ya que existen hasta una veintena de empresas de la provincia afectadas por esta situación. Desde Merindades se dio la voz de alarma y ahora todas se han unido para tratar de recuperar su dinero cuanto antes. «Desde la Dirección Provincial no aclararon nada, pero desde Valladolid hay un compromiso fuerte para solucionar esta cuestión», aseguran las fuentes consultadas por este periódico hace unos días. Ahora parece que por fin ha llegado una parte de lo que se debe, lo que permite tener confianza en que se pagará lo que queda.
Este problema únicamente está ocurriendo en Burgos y nunca antes había sucedido, ya que siempre se pagaba al acabar cada mes. La cuestión principal para entender este caos reside en que e las licitaciones para adjudicar las rutas no se hicieron en «tiempo y forma» y se desarrollaron, finalmente, a través de un contrato extraordinario. Eso ha generado que en este momento no se conozca exactamente cómo gestionarlo para poder pagar a las diferentes compañías burgalesas que resultaron adjudicatarias del servicio.
Las empresas de autobuses se encuentran especialmente preocupadas, ya que este retraso a la hora de cobrar les está generando importantes problemas económicos. Ángel Santamaría, de Autocares Pachín, fue una de las personas que dio la voz de alarma y en su momento reconocía que la deuda ascendía hasta los 100.000 euros. Durante todo este tiempo han tenido que hacer frente a los gastos -como las nóminas de los trabajadores o el gasóleo- de su propio bolsillo. Esperan cobrar pronto el dinero que les pertenece y en caso contrario ya se avanza que optarán por dejar de ofrecer el servicio.