El Museo Patio Herreriano de Valladolid se convirtió ayer en el epicentro de la política medioambiental europea y dio el pistoletazo de salida a las reuniones informales que los ministros de los 27 países de la Unión Europea mantendrán, a lo largo de los próximos seis meses, en España como consecuencia de la Presidencia española del Consejo de la UE. «Europa no puede dar ningún paso atrás en las políticas del pacto verde europeo», verbalizó Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que ejerció de anfitriona de sus colegas europeos en la cita vallisoletana. Los encuentros que se celebrarán a orillas del Pisuerga hoy y mañana servirán para que Europa de «una respuesta firme» en materias como el cambio climático, la reducción de la contaminación por plásticos o la preservación y restauración de la biodiversidad. En ellos se tratarán «temas trascendentales» para el medio ambiente como «la biodiversidad, la contaminación por plásticos en el océano o la conservación de los suelos que nos dan vida y alimento», informa Ical.
La primera de las reuniones se tradujo en la propuesta de la Comisión Europea, el órgano de gobierno de la UE, a los europarlamentarios de la Cámara comunitaria a que voten mañana a favor de la Ley de Restauración de la Naturaleza dado que «no hay tiempo suficiente para redactar una nueva propuesta», como pretenden los parlamentarios contrarios a la actual propuesta de la Comisión. El comisario del ramo, Virginijus Sinkevicius, dejó claro ante la prensa que «no va a haber ninguna propuesta nueva» por parte de la Comisión en relación a la Ley de Restauración y que, si se rechaza mañana por el Parlamento, seguirán trabajando desde el Ejecutivo comunitario para implementarla ya que «los estados miembros están diciendo que esta legislación es necesaria».
«No creo que la restauración de la naturaleza sea un tema tan complicado, pero a veces temo que no debatimos lo suficiente el contenido», apuntó Sinkevicius, que aseguró que hoy acudirá a la sesión plenaria del Parlamento, que tiene lugar esta semana en Estrasburgo, para encontrarse con los eurodiputados reacios a aprobar esta ley y «después veremos cómo formulan su posición los grupos».
«Sería una muy mala señal que el Parlamento Europeo renuncie a esto por entender que no merece la pena restaurar nuestros ecosistemas, la calidad del agua, aquello que da servicio para seguir funcionando como sociedad», reconoció por su parte Ribera, que apuntó que el progreso de Europa está en «conciliar prosperidad, el bienestar de todos los ciudadanos y el respeto a los límites ambientales».
También durante la jornada de ayer hubo tiempo para debatir sobre la extensión y desarrollo de las energías renovables. En este sentido, el comisario de Medio Ambiente aseguró que «pueden ir de la mano de la protección de la biodiversidad, tanto en mar como en tierra firme», dado que «hay ejemplos de recuperación de especies marinas donde hay energía eólica en alta mar», por lo que el objetivo es «buscar lugares adecuados que entren menos en conflicto con la naturaleza» identificando emplazamientos donde «se acelere la instalación de energías renovables con menos impacto».
Un Euro 7 viable para la automoción
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, reconoció que el calendario de aplicación de la norma Euro 7 «debe ser viable» para la industria automovilística, por lo que consideró «importante» llegar a un acuerdo «cuanto antes» tanto desde el punto de vista técnico como de respaldo del conjunto de los estados miembros. Todo ello al ser preguntada por la posibilidad de tratar durante la reunión informal de los ministros de Medio Ambiente que se celebra en Valladolid la flexibilización de las medidas de la norma Euro 7 planteada el pasado mes de junio en la Comisión del Parlamento Europeo.
Ribera puntualizó que las reuniones informales de ministros, como la de ayer, «no son espacios de decisión ni de proposición formal» e, incluso, apuntó que «no está previsto que ni siquiera se trate formalmente este asunto». Sin embargo, sí señaló que todos los estados miembros coinciden en la necesidad de «garantizar una coherencia en las sendas de descarbonización de nuestra economía», lo que incluye «transporte y movilidad» con el objetivo de «mejorar la calidad del aire que ahora respiramos en nuestras ciudades».
«Es verdad que el calendario de aplicación de estas disposiciones debe ser viable también para que la industria incorpore las inversiones que resulten necesarias para poder impulsar, de forma razonable, esta transformación», reconoció Ribera, ante la posibilidad de que la obligatoriedad de la puesta en marcha de las medidas para la industria automovilística se retrase, al menos, hasta 2026.