15 muertes en Miranda por incendios en casas en dos décadas

ARSENIO BESGA
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Desde el año 2003 han fallecido siete mujeres, seis hombres y dos menores a causa del fuego en sus viviendas. Casi la mitad de las personas que han perecido residían en apartamentos del Casco Viejo

En el incendio de 2009 en la calle San Juan fallecieron cinco personas, todas de la misma familia. - Foto: Jesús J. Matías

El martes de la semana pasada se trasladaron a Burgos a dos heridos por un incendio en su vivienda. Se trata del primer suceso de estas características en 2023, pero anteriormente ya se habían dado situaciones similares. De hecho, a lo largo de las últimas dos décadas Miranda ha sufrido experiencias aún más traumáticas y ha llorado la pérdida de hasta 15 ciudadanos por culpa de los fuegos en hogares. Desde 2003 han fallecido 7 mujeres, 6 hombres y 2 niños. De estos, casi el 50% se alojaba en el Casco Viejo y, precisamente, en ese barrio tuvo lugar el suceso más desgarrador, cuando en 2009 murieron 5 miembros de una familia.

Calle Altamira - 2022 | Una víctima

Corrían las 21:55 horas del 7 de diciembre de 2022, cuando un incendio, que comenzó en un colchón, atacó una vivienda de la calle Altamira. Al llegar, los Servicios de Emergencias encontraron a María Ángeles Sáenz de Villarreal, una mirandesa de 66 años que estaba inconsciente. Trataron de socorrerla, pero era tarde. Se había intoxicado con el humo y había fallecido.

Montañana - 2020 | Una víctima

Un fuego en la chimenea de una casa de Montañana arrebató otra vida el 12 de febrero de 2020. Se rozaban las 16 horas y en la pedanía, una mujer de 81 años se había desmayado tras inhalar el humo de las brasas. La ayuda de un familiar, de un vecino y del 1-1-2, que trataron de reanimarla, fue en vano.

Calle San Lázaro - 2014 | Una víctima

En el salón de una vivienda de la calle San Lázaro se desataron las llamas por las que murió José Antonio, el 26 de diciembre de 2014. Este varón de 68 años fue hallado sin ropa, en una silla de la cocina, muy cerca de la ventana, y afectado por monóxido de carbono.

Torre de Miranda - 2013 | Dos víctimas

María Ángeles Orbañanos y Ana Abárzazu, madre e hija de 70 y 40 años, respectivamente, fallecieron en la madrugada del 28 de junio de 2013 intoxicadas al inhalar el humo de un incendio en su vivienda. Las llamas se propagaron por el resto de la Torre de Miranda, pero no se perdieron más vidas.

Calle Santa Lucía - 2010 | Dos víctimas

El 6 de octubre de 2010, el día se tornó negro porque el fuego se llevó a otras dos personas. Erika y Fredy eran un matrimonio que por culpa de un cortocircuito pereció en su hogar. Aunque no hubo una explosión, el fuego tuvo tal virulencia que acabaron calcinados.

Calle San Juan - 2009 | Cinco víctimas

Probablemente la mayor tragedia que recuerda Miranda ocurrió en la mañana del 19 de febrero de 2009. Un brutal incendio, provocado por una sobrecarga eléctrica, arrasó una vivienda de la calle San Juan y mató a dos niños, a su madre y a su tía. Una jornada después, el padre falleció en el hospital.

Calle Reyes Católicos - 2006 | Una víctima

Por culpa de una manta eléctrica un varón de 58 años murió en su domicilio de la calle Reyes Católicos el 3 de enero de 2006. Aquel día los Bomberos no vieron llamas, pero sí unas temperaturas desmesuradas en la casa. Al entrar, encontraron el cadáver frente al televisor.

Calle San Agustín - 2003 | Dos víctimas

En la calle San Agustín, donde hoy se alza un alto edificio, en 2003 dos personas sin hogar, Luciano y Bernardo, murieron tras un incendio en una casa abandonada. Era octubre, hacía frío, y habían hecho una hoguera que se descontroló. Cuando fueron a salvarlos, uno había perecido por intoxicación y el otro se había abrasado.

"María Ángeles era muy especial, muy cercana, siempre la veías con una sonrisa en la boca"

La última tragedia que Miranda ha vivido por culpa de un incendio en una vivienda se cobró la vida de María Ángeles Sáenz de Villarreal. Con apenas 66 años, murió intoxicada en su casa de la calle Altamira, pero su recuerdo sigue muy presente en el corazón de sus seres queridos. Atrás dejó a dos hijos y a un perro, Lucas, que, según explican sus amigas "era el amor de su vida". Aquel día el animal no estaba en su domicilio y sobrevivió al dramático incidente.

Los que tuvieron la suerte de conocerla comentan sobre ella que "era una mujer muy especial", porque siempre "era muy cercana con todo el mundo, era de esas personas que siempre la veías con una sonrisa en la boca", conforme describe una de sus buenas amigas.

Precisamente, el listado de personas con las que María Ángeles tenía buena relación parece infinito. Su círculo más cercano explica que esta mirandesa "era súper cariñosa y, además, tenía muchísima personalidad". Tal vez, por ese motivo, en su ciudad, Miranda, "la apreciaba muchísima gente". En este sentido, sus amigas recuerdan que "bastaba con mirar las redes sociales aquellos días, después de lo que pasó, para ver que la quería mucha gente, porque hubo una respuesta mayoritaria".

Ahora, sus seres queridos continúan con sus caminos, manteniendo viva la imagen de María Ángeles, que supo educar a "dos niños muy buenos y muy trabajadores", según dicen.