Un tesoro del siglo XVI oculto tras el yeso

I.P.
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El desprendimiento del yeso de la iglesia de San Esteban de Bañuelos deja al descubierto las pinturas murales platerescas del siglo XVI, en progresivo deterioro.

El desprendimiento del yeso de la iglesia de San Esteban de Bañuelos del Rudrón deja al descubierto un tesoro del siglo XVI. - Foto: Luis López Araico

Enclavada en el corazón del valle del Rudrón, desde su pórtico se divida un impresionante paisaje. Y una vez traspasada la puerta de templo, dedicado a San Esteban Protomártir, la sensación es como adentrarse en el pasado, mientras la humedad se pega a cada poro de la piel. Ese es el principal problema de la iglesia de Bañuelos del Rudrón, que está provocando graves daños en toda la estructura del inmueble, cebándose especialmente en las pinturas murales que decoran las bóvedas de la cabecera del templo, las paredes laterales y los muros detrás del retablo mayor y de otro lateral -de gran valor artístico- dedicado a San Joaquín y Santa Ana.

La existencia de estas pinturas del siglo XVI de estilo plateresco, es conocida desde hace décadas, y constituye una de las singularidades de la iglesia, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), riqueza de la que, sin embargo, no se ha podido disfrutar porque las pinturas permanecen cubiertas desde hace siglos al plasmar sobre ellas al menos dos capas encaladas de yeso por lo que respecta a los techos, y ocultarlas tras instalar ya en el siglo XVII el retablo en el ábside. Precisamente se tiene la certeza de que los encalados son posteriores al siglo XVII porque este retablo principal es de ese siglo y las pinturas que tapa no tienen capa de yeso.  

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