Entre primeros de enero y la semana pasada se han notificado en Burgos 39 casos de tosferina, una enfermedad de las vías respiratorias muy contagiosa, causada por una bacteria (Bordetella pertusis) y de gravedad diversa: en adultos suele cursar sin complicaciones, pero en menores de 6 meses y, sobre todo en recién nacidos, puede agravarse hasta el punto de provocar la muerte. Es, por tanto, una enfermedad de declaración obligatoria y muy vigilada por los sistemas de salud, que este año, en Burgos, ya han comunicado la cifra más elevada del siglo. Fuentes oficiales destacan, no obstante, que los datos son provisionales y que están pendientes de revisión una vez que acabe el 2024.
Pero, a falta de consolidación, sí se puede afirmar que Burgos no había notificado una cifra semejante desde que hay registros públicos (1999). Así que se pide a las embarazadas que traten de conseguir cita para vacunarse en la semana 27 o 28 de gestación -y no antes o después- porque los expertos, según la Consejería de Sanidad, han comprobado que esta quincena es «la ventana óptima» para garantizar la mayor transferencia posible de anticuerpos al recién nacido en el período más vulnerable: del parto a los 2 meses, cuando puede recibir la primera dosis de su propia pauta de vacuna, que se completa con otra a los 4 y a los 11 meses.
La tosferina es una enfermedad cíclica, con picos cada cierto tiempo sin que haya una razón concreta para ello. Este brote de tosferina se arrastra en toda España desde el otoño del 2023, cuando Burgos declaró 12 casos. El repunte es generalizado y, de hecho, la tasa de enfermedad por cada 100.000 personas es muy superior en el país que en la provincia: 97,5 casos en España (hasta julio y según datos del Instituto de Salud Carlos III, que lleva el registro) y 10,91 en Burgos (hasta la semana pasada y según Epidemiología de la Junta, responsable en la materia en la provincia).
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