Albert Martínez López-Amor

Mar y Montaña

Albert Martínez López-Amor


Paisajes que suenan

29/02/2024

Siempre que paso por el kilómetro 21 de la A-62 me viene a la cabeza la canción Enjoy the Silence. Me volvió a ocurrir hace unos días, camino a Valladolid. Dejé atrás Estépar y miré a mi izquierda, hacia el inconfundible perfil del cerro de Muñó. Ahí seguía la ermita, sola y prominente en mitad de la ladera. Y en mi imaginación, la figura de Dave Gahan, el cantante de Depeche Mode, subía la colina vestido con el armiño de un rey medieval. Si Anton Corbijn hubiera conocido este escenario, seguro que habría grabado unas tomas para meterlas en el famoso videoclip de 1990. Disfrutando el silencio: así parece estar la ermita, a pesar del rumor incesante del tráfico de la autovía.

La verdad es que la canción de Depeche Mode podría acompañar cualquier paseo por los páramos. Tiene un punto inhóspito, enigmático e intimista. Sería una buena banda sonora de Por tierras de España, el dramático poema de Machado. Pero la paramera no es siempre así. En el atardecer de cualquier día de verano, el aire se atempera, las formas tabulares se perfilan y el altiplano aparece rítmico y feliz. Ideal con Sunsleeper, el tema de Barry Can't Swim junto a los gallegos Baiuca. Prueben a andar acompañándose de todo ese magma actual de electrónica orgánica y colorista, como el mencionado, Fred Again o Swimming Paul. Pura energía.

Vuelvo a la autovía, esta vez a la A-1, sentido norte. Tras Briviesca, aparece enfrente la muralla rocosa de los montes Obarenes, cerrando la Bureba. Cuando salió el Motomami de Rosalía, lo escuché en el coche viendo este paisaje. Para mí, las peñas de Pancorbo suenan a sus Bulerías

Si hay un tipo de paisaje con especial querencia musical, debe ser el del viñedo. El mosaico de parcelas añade texturas y propicia una escucha rica y variada. El pasado otoño recorrí bastantes veces las tierras altas al pie de la Serrezuela, al sur de Burgos. Enebros, encinas y pequeñas viñas viejas en suelos de un rojo que quema. Qué lugares tan diferentes del resto de la Ribera del Duero. Un atardecer de octubre vi el sol bajar paulatinamente tras la copa de una gran sabina, solitaria en una loma, como la ermita de Muñó. Esos días sonaba mucho en mis auriculares el Sunset de Caroline Polachek. Una canción perfecta para aquella puesta de sol en el paisaje extremo entre Pardilla y Fuentenebro.