El día más feliz de Paco Rabanne en Burgos

G. ARCE
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La primera exposición monográfica en España del gran diseñador se realizó en diciembre de 2001 en las salas de la sede de la Federación de Comercio (FEC). El homenaje citó en la ciudad a lo más granado de la moda nacional

Diseñadores y modelos se dieron cita en Burgos para acompañar al maestro de la costura. - Foto: Valdivielso

Fue uno de los grandes de la moda universal, estrella rutilante de las pasarelas en el siglo XX y referente para muchos creadores que siguieron sus pasos. Pero tuvo que ser Burgos la primera ciudad que se atrevió a rendirle un homenaje cuando su brillo comenzaba a apagarse y ese detalle hizo muy feliz a Paco Rabanne, que el pasado viernes fallecía a los 88 años en su residencia de Portstall (en la Bretaña francesa). «Ni en Francia, donde vivo;  ni en el País Vasco, donde nací, jamás han pensado en algo como esto».

Entre una mezcla entre amargura, despecho y agradecimiento, el peculiar diseñador recibía a principios de diciembre de 2001 el homenaje en un Teatro Principal abarrotado de compañeros de profesión y de un público curioso por tener tan cerca en casa a un grande del arte. Jesús del Pozo, Ángel Schlesser, Modesto Lomba, Purificación García, Josep Font, Manuel Fernández, Sara Navarro, Amaya Arzuaga, Lidya Delgado, Carmela Rosso, Mercedes de Miguel o Begoña Martínez, entre muchos otros, se acercaron a Burgos, «una ciudad de gente fantástica que no ha tenido miedo a abrirse a mi mundo», sentenció Rabanne.

El homenaje fue idea de la Asociación de Comerciantes del Textil de Burgos (Acotex), liderada por su incombustible presidenta María José González, y por la Federación de Empresarios de Comercio (FEC), en el mandato de Jesús Ojeda. Ocupaba entonces Ángel Olivares la Alcaldía y Caja de Burgos vivía un apogeo patrocinador. Al evento se sumaron Freixenet, marcas de perfumes y bodegas, y no pasó desapercibido en las primeras páginas de la prensa nacional, las revistas de moda y papel couché... Burgos abrió el Telediario y estuvo presente en muchas televisiones internacionales gracias a Rabanne. Lo nunca visto...

Rabanne expuso creaciones, dibujos, fotografías y bocetos que resumían 40 años de trabajo.Rabanne expuso creaciones, dibujos, fotografías y bocetos que resumían 40 años de trabajo. - Foto: Valdivielso

Las salas de la FEC (hoy reconvertidas en centro comercial) se llenaron del universo de plástico y metal de Rabanne. «El trabajo de un hombre al que le gusta la moda, los momentos de mi vida, una vida llena de trabajo placentero», explicaba mientras iba revelando detalles de sus modelos en la presentación de su exposición.

Durante las Navidades de 2001, burgaleses y visitantes pudieron contemplar desde el primer traje de plástico de la historia hasta las últimas creaciones de Francisco Rabaneda y Cuervo, nacido en Pasajes de San Pedro en 1934, hijo de una costurera de Balenciaga y de un general de la República fusilado por los franquistas.

Vestidos de malla metálica y de papel y una reproducción de su atelier parisino, su laboratorio de ideas donde florecieron sus revolucionarias creaciones. 

El Caballero de la Legión de Honor de Francia, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y Premio Nacional de Diseño de Moda en España, entre otras distinciones, el creador se lo pasó en grande explicando al público burgalés sus técnicas de alta costura, en las que la aguja y las tijeras compartían taller con tenazas, sopletes y martillos. 

Vistió a la mujer con el plástico, el aluminio o el rodio y todo quedó expuesto en Burgos en una elegante muestra de gran categoría, enriquecida también con su archivo personal de bocetos, fotografías y dibujos, así como con las proyecciones y escenificaciones espaciales que caracterizaban sus rompedores desfiles de moda.

Frugal. Paco Rabanne disfrutó mucho en Burgos, recordaba no hace mucho en estas páginas la entonces presidenta de Acotex, María José González, quien contactó con la familia Puig, para quien trabajaba el modisto y creador de perfumes, para preparar la gran cita. 

Fue en 2001, unos años antes de la jubilación del creador, lo que facilitó la realización del evento y la llegada de patrocinadores de altura. «Aquel año pasé mi cumpleaños con él, no se me olvidará nunca. Fue una de las experiencias que más me han podido marcar. A diferencia de lo que pudiera parecer, era una persona muy cercana y frugal (no quería hospedarse en El Landa) y estaba realmente agradecido con el homenaje».

Rabanne fue homenajeado en su momento más bajo y, quizá, en el momento preciso. Su fallido anuncio de que una estación espacial se estrellaría contra París en agosto de 1999 (preludio de las catástrofes del cambio del milenio) le granjeo muchas críticas y mofas, y desvió la atención mediática de sus indudables virtudes artísticas a las visiones y estrafalarias ideas que oscurecieron su últimos años. De hecho, publicó varios libros sobre sus experiencias paranormales y defendía haber tenido varias vidas: haber conocido a Jesús, a Luis XIV, haber visto extraterrestres y haber asesinado a Tutankamón. Falleció a los 88 años, pero decía tener en realidad 75.000... Descanse en paz.