Tímido arranque de las rebajas en Aranda, sobre todo en moda

I.M.L. / Burgos
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Tras un inicio paulatino, en el que algunos establecimientos llevan dos semanas con descuentos, se espera que la llegada de los veraneantes y la estabilización del tiempo animen las posibles compras

Tímido arranque de las rebajas en Aranda, sobre todo en moda - Foto: I.M.L.

Poca gente en las calles más comerciales del centro de la capital ribereña y menos con bolsas. Esta es la imagen que ilustra la tónica general del inicio de una campaña de rebajas de verano que no está teniendo el tirón de otros años, achacándolo muchos comerciantes a la incertidumbre económica reinante, a pesar de que los precios de los suministros y la cesta de la compra básica se hayan moderado. «La gente está parada y con miedo por si todo sigue subiendo tanto», resume la situación una experimentada dependienta mientras espera a que entre alguna clienta.

Quienes registran un mayor movimiento son las tiendas con productos muy de temporada, como la ropa de baño, o las franquicias. «Llevamos con descuentos más de un mes, entre la mid season y ahora las rebajas, y la gente aprovecha para preparar la maleta de cara a las vacaciones», apunta la dependienta de uno de esos establecimientos que cumplen estas dos premisas. Sin embargo, tiendas que comparten espacio en el centro de Aranda ven pasar a los potenciales clientes, que miran los escaparates y no se deciden a entrar. «Así llevamos toda la mañana, mucho paseante pero poco comprador», lamentan en una zapatería. A pesar de que muchos establecimientos han decidido arrancar con descuentos de hasta el 50%, apenas se percibe actividad en las calles de la capital ribereña. «De momento no hay movimiento, la gente se estará reservando para gastarse el dinero en irse en vacaciones», valora Ángela González, de Kuucadas.

Desde su establecimiento en la calle Ronda lamenta que «no se ha notado nada, llevamos dos semanas de rebajas y no se vende nada». Una tendencia que se viene arrastrando desde hace semanas. «A partir del 15 de mayo, que empezó a hacer mal tiempo, se estropearon las ventas. Antes se vendió mucho para eventos y demás, pero después ha sido un desastre y no ha remontado, no creo que remonte ya porque está muy flojo», valora con una visión algo pesimista.

«Menos que el año pasado», resume conciso y directo el panorama de ventas tras el inicio de la campaña de rebajas José Herrero, desde su tienda de complementos y moda en el Centro Comercial Isilla, Un lugar en el mundo. «No he notado mucho, algo sí, pero lo que he vendido lo habría vendido igual sin estar en rebajas», reconoce, mientras apunta a que casi se vio obligado a adelantar los descuentos. «Yo no quería porque tenían que empezar el 1 de julio pero como las grandes marcas lo han adelantado, la gente te venía preguntando por los descuentos y tuve que ponerlos», se lamenta. Como esperanza en el horizonte para salvar esta campaña de verano, tanto Herrero como otros muchos establecimientos arandinos confían en que la llegada de los veraneantes suponga un repunte en las ventas como años anteriores. «Están empezando a venir, se nota un montón desde mediados de julio y la primera quincena de agosto, de hecho los que vienen a los pueblos de alrededor y ya te conocen vienen a comprar porque están cansados de las grandes superficies de las ciudades», asegura.

Tampoco se muestran muy de acuerdo con adelantar la fecha de inicio de las rebajas desde Zosibel, donde Pilar y Ángela aluden al clima previo, que no invitaba a adquirir ropa de verano. «Este año las hemos puesto demasiado pronto para el tiempo que ha hecho pero es imposible esperar porque lo que tienes en la tienda se hace viejo muy rápido», valoran. Aún así, reconocen que la subida de temperaturas esta semana ha servido para cambiar la tendencia. «Ha venido el calor tan de repente y la gente se ha animado, pero hay bastante menos que el año pasado, nosotras trabajamos más a la mañana, las tardes no hay nadie hasta las siete o más tarde», explican.

Los comerciantes confían en las ventas se animen con el tirón de sacar los escaparates a la calle los sábados, dentro de la campaña que impulsa la asociación de comerciantes ACOA. «Es una forma de que la gente se acerque a mirar, la calle está más animada y, si no encuentran algo, pasan dentro de la tienda; se rompe la barrera del escaparate», apunta una de las participantes en esta iniciativa.