Menudo infierno han soportado los más de 200 pasajeros que llenaban el tren Alvia que hacía el recorrido Barcelona-Salamanca. A eso de las 15,30 horas de hoy se paraba a la altura de Santa Olalla de Bureba por una avería relacionada con el funcionamiento de la catenaria. El calor apretaba de lo lindo en ese momento y en el convoy no es que hubiera mucha agua precisamente. Los trabajadores de Renfe repartieron las botellas que había en el vagón restaurante, pero no eran suficientes para refrescar a la cantidad de viajeros -en concreto, 218- que iban en el tren.

De manera que a eso de las 16,20 horas hubo que avisar al servicio de emergencias 112 de Castilla y León para ver si era posible contactar con alguna agrupación de Protección Civil que acudiera al lugar para prestar apoyo y líquido elemento. Los de Burgos no están movilizados estos días por sus desavenencias con el Ayuntamiento, de modo que se acercaron hasta allí los bomberos voluntarios de Briviesca, que repartieron botellas y vasos entre los pasajeros, muchos de los cuales estaban ya esperando en el exterior del tren, en el apeadero de Santa Olalla de Bureba.

La Comandancia de Burgos también envió algunas dotaciones de Guardia Civil con agentes para prestar ayuda. Lo primero que hicieron fue llevarse de allí a los más vulnerables, a los de más edad. Asimismo, tuvieron que atender a un joven de 29 años, informa el 112, que se hizo una herida en una pierna al tropezar con una arqueta. No obstante, no hizo falta trasladarlo al Hospital Universitario (HUBU).

Como la avería no se arreglaba, un buen número de viajeros optó por llamar a familiares de Burgos y de Valladolid para que se acercaran a recogerlos. Asimismo, varios autobuses que fletó Renfe se acercaron hasta Santa Olalla para llevarse a parte del pasaje. Finalmente unas 100 personas fueron trasladadas hasta sus destinos en otro tren.