Un antiguo compañero de trabajo en el campo resultó clave para que la Guardia Civil localizara y detuviera ayer en la localidad vallisoletana de Corrales de Duero al exmilitar búlgaro de 53 años buscado desde hace días en distintos puntos de la Ribera del Duero como presunto autor de un delito de detención ilegal de su expareja, de 45, que se encuentra en buen estado. 

Pocas horas antes de ser detenido, K.B.N., al que se busca por homicidio en Grecia, llamó a un compatriota que vive desde hace cerca de cuatro años en Corrales de Duero. El huido, que residía en San Martín de Rubiales, le confesó que «tenía miedo». Su excompañero le pidió que se pusiera al teléfono su expareja, a la que presuntamente retenía por la fuerza. Esta le aseguró que estaba bien. Acto seguido, volvió a hablar con K.B.N. y le reclamó que se entregara. «No tenemos nada que ver con ellos. Hace un año trabajamos en la misma empresa. Le conozco del trabajo, pero de amigo nada. Llevaba mucho tiempo sin verle. Le dije que yo no quería problemas con la Guardia Civil ni con nadie y le pedí que se entregara», asegura a este diario. 

Entre las nueve y las diez de la mañana, cerca de treinta coches de la Guardia Civil se presentaron en la casa de esta familia de búlgaros en Corrales de Duero, después de una noche en la que no cesó el operativo en los cruces de las principales vías de comunicación del triángulo entre las provincias de Burgos,Segovia y Valladolid. 

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