Después de casi tres horas en la cola, con poca sombra y mucho sol, sin un triste trago de agua que echarse al coleto, Eva, 25 años, sale del polideportivo El Plantío con los ojos llorosos por efecto del palito que acaban de meterle por la nariz. A ella y a los jóvenes que ayer respondieron de forma masiva al cribado programado para aflorar los contagios en la población de 14 a 29 años. La jornada concluyó con 3.991 participantes y 391 positivos, un 10% del total. Sumados estos a a las pruebas debidas a la vigilancia epidemiológica ordinaria, en Burgos afloraron ayer 1.102 casos.

El día comenzó temprano. Antes de las doce de la mañana ya había gente esperando en la puerta. A esa hora, en una cola paralela, aguardaban igualmente quienes acudían a realizarse una prueba PCR con volante del centro de salud. Pocos minutos antes de la una, se extendía por la calle La Cascajera hasta más allá de la entrada de las piscinas. Y engordando. A eso de las dos y media, se había disparado como los positivos en las estadísticas. La fila de espera daba la vuelta por las pistas de tenis y hockey, en el aparcamiento de entrada a estas instalaciones daba doble vuelta y seguía por la tapia de las piscinas que dan a la avenida del Arlanzón. A las siete de la tarde, ya andaba a la altura del radar. Y el sol, que no se quiso perder la jarana, como inseparable compañero hasta que lo relevó la luna. La espectacular respuesta de los jóvenes hizo que se alargaran las pruebas. La cola se cerró a las 21.15 horas y dejaron entrar a todos los que aguardaban hasta ese momento. 

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