La ilusión... frente a la tiranía del 'toro'

Diego Izco (SPC)
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Verstappen es el gran favorito para llevarse con Red Bull su tercer título consecutivo. El Ferrari de Sainz (en pugna con Leclerc) y el Aston Martin de Alonso, bólidos para la esperanza de la afición española

Verstappen ansía la triple corona tras un campeonato de 2022 que dominó al completo. - Foto: Christian Bruna (Reuters)

Si el piloto más dominante de la parrilla tiene el coche más dominante de la parrilla, la ecuación está prácticamente resuelta sin que ruja el primer motor: Max Verstappen será campeón del Mundial 2023. Es una predicción que, hoy por hoy, hacen 99 de cada 100 analistas… y ese uno, el verso suelto, reconoce que su apuesta es completamente contraria a la lógica y depende de que pase algo muy extraño: Adrian Newey ha vuelto a 'reinventar' el Red Bull a tal nivel que las apuestas para el segundo en el cajón apuntan al compañero del campeón, Checo Pérez.   

A sus 25 años, 'Mad Max' busca la triple corona (consecutiva) de una forma previsiblemente similar a la del pasado curso: si hace dos inscribió su nombre en el palmarés superando a Hamilton en la última vuelta de la última carrera, el Mundial'22 fue un paseo por el parque para el neerlandés: batió el récord de triunfos en una temporada (15), ganó con 146 puntos de ventaja sobre Leclerc (Ferrari) y logró -junto a Pérez, tercero- poner fin a los ocho años de triunfos consecutivos de Mercedes en el Campeonato de Constructores.

El objetivo de la escudería austríaca es el de asentar una 'tiranía' aún superior a la gloriosa época (2010-13) en la que logró cuatro dobletes (pilotos+constructores) liderados por Sebastian Vettel. Para ello, ya ha anunciado que seguirá tres años más con motor Honda antes de cambiar a Ford… y además renovó a Verstappen hasta al menos la temporada 2026. 

La sombra de Red Bull es muy alargada, hasta el punto que la pregunta en la previa de arranque es saber a qué distancia se colocará el 'número dos'… previsiblemente Ferrari. La 'Scuderia' lleva 16 años sin llevarse un campeonato, cuando Kimi Raikkonen levantó los puños en 2007; después de una travesía por el desierto (la zona media), ya el pasado año el F1-75 fue un coche muy rápido -aunque con poca fiabilidad- que le permitió situarse al rebufo de Red Bull. Carlos Sainz, que el pasado curso logró su primera victoria en la categoría reina (en Silverstone, Inglaterra), intentará repetir y mejorar la hazaña con el SF-23… aunque Leclerc, su compañero de escudería, será el primer gran obstáculo antes de medirse en pista con el resto de pilotos. 

Habrá que comprobar, dentro de la terna de favoritos, cómo evolucionan a lo largo de la temporada los Mercedes. No ha sido un invierno satisfactorio en Brackley, y en los primeros test de pretemporada han evidenciado carencias respecto (sobre todo) a Red Bull, e incluso a otros equipos que llegan con los deberes hechos. La escudería alemana ha optado por un proceso 'conservador', evolución en lugar de revolución, y el W14 será el arma de Hamilton (en  pugna con Russell) para regresar a lo más alto después de completar un 2022 sin subirse a lo más alto del podio por primera vez en su carrera. 

En el punto de mira

La afición española ha encontrado motivos para combatir el presumible tedio por aplastamiento de Red Bull. Lo hará con la ilusión de la dupla Alonso-Sainz, separados por equipos y por 13 años (41 del asturiano, 28 del madrileño), pero con serias aspiraciones de éxito desde el primer semáforo verde. El «éxito» habría que definirlo, y la definición más sencilla pasa por decir que Carlos ya tenía un coche competitivo y Fernando lo vuelve a tener. 

Ya en 2022, sin la inestimable aportación de Alonso (atrapado en la irregularidad de Alpine), Aston Martin fue la escudería que más distancia recortó respecto a Red Bull. Para el nuevo curso se ha diseñado una 'bala verde' revolucionaria, «totalmente nuevo al 90 por ciento y con innovaciones inteligentes», según Eric Blandin, director adjunto de la escudería. Y los resultados han sido asombrosos en los primeros test, hasta el punto de que algunos analistas lo sitúan, al menos inicialmente, en el segundo escalón de candidatos. 

El AMR23 ha devuelto la sonrisa al 'Nano'. Algo «muy importante», en sus propias palabras, para devolver la sonrisa a un bicampeón que cuenta con 32 victorias y 98 podios en la Fórmula Uno. Quedarse a solo 29 milésimas de Verstappen el primer día y demostrar tanta consistencia durante las simulaciones de carrera obligan a señalarlo como la gran revelación de la campaña. 

Tanto Alonso como Sainz tendrán nuevos jefes de equipo: Frederic Vasseur llega a Ferrari para intentar asaltar el trono de los 'toros' y Mike Krack guiará a Aston Martin en la temporada que pinta a ser la de la rebeldía. 

Novedades

Baréin, 308,2 kilómetros en los que el madrileño fue segundo en 2022, da el pistoletazo de salida a la temporada. Desde hoy se rodará con neumáticos de compuestos C1 (duro, reconocible por la raya blanca), C2 (medio, raya amarilla) y C3 (blando, roja). Tres pilotos se estrenarán en el 'Gran Circo': el neerlandés Nyck de Vries (Alpha Tauri) -aunque disputó una carrera en 2022: fue noveno con Williams en Monza-; el australiano Oscar Piastri (McLaren) y el estadounidense Logan Sargeant (Williams). El brasileño Drugovich iba a ser el cuarto, pero Lance Stroll se ha recuperado a tiempo. 

Otra de las grandes novedades del curso, que se extenderá hasta el 26 de noviembre en Abu Dabi, es el debut del Gran Premio de Las Vegas (Nevada), que en su día ya fue sede del GP de Estados Unidos. Será la penúltima prueba de un campeonato en el que la afición española ya ha marcado la habitual cita en Montmeló en color rojo (4 de junio).