Fermín no se encuentra bien. Ha empezado a sentir un intenso dolor de cabeza y a marearse en la cocina de su casa. Junto a él tiene un pequeño dispositivo negro que siempre lleva encima y no duda en apretar el botón. El aviso salta en los móviles de Esther, Amparo, Montserrat y Eustaquia mientras juegan su partida de cartas en el bar de Campolara. En apenas dos minutos llegan a la vivienda del hombre para comprobar como se encuentra, prestarle la ayuda que necesita o avisar a los servicios de emergencia.

La situación descrita no es real, pero podría serlo. En realidad se trata de un simulacro como los muchos que se han producido durante los últimos cinco meses entre Campolara y Lara, separados por 2 kilómetros, para comprobar la viabilidad de Tayma, el proyecto de Borja Rosales basado en la acción 'te ayudo y me ayudas' que consiste en ofrecer una red de primera intervención formada por personas del entorno más inmediato ante una necesidad de urgencia de un vecino. «En los pueblos siempre se han hecho muchas cosas de forma comunal, siempre se han ayudado unos a otros. Lo que hacemos ahora es integrar la tecnología para optimizar esa ayuda y mejorar su calidad de vida», explica su creador.

Uno de los usuarios durante esta etapa, Pedro Marina, asegura que no sale de casa sin el dispositivo de solicitar auxilio. «Siempre lo llevo en el bolsillo, como el móvil», reconoce el hombre. Un móvil que es mejor no silenciar ni en misa, no vaya a ser que alguien necesite ayuda. «Tayma es una gran ventaja, en pocos minutos llegas hasta la persona que ha pulsado», añade Amparo García.

(El reportaje completo, en la edición impresa de este martes de Diario de Burgos)