Medio siglo de calidad cinegética

B.A. / Burgos
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La Reserva Regional de Caza Sierra de la Demanda celebra su 50 aniversario con los retos de controlar la población de ciervos, frenar la pérdida de corzos y paliar el descontento de algunos de los ayuntamientos

Un ciervo, en pleno salto en la sierra de Neila. - Foto: Jesús J. Matías

El libro de la Montería, que encargó escribir Alfonso XI durante su reinado en el siglo XIV, habla de cuarteles de caza en Barbadillo de Herreros, Pradoluengo y Fresneda muy buenos para la captura del oso. También cita al ciervo y al jabalí. La Sierra de la Demanda ha sido tradicionalmente un lugar emblemático para el disfrute de los amantes de la caza por la variedad y riqueza de sus especies y por los parajes envidiables que las acogen. Este 2023 se cumplen 50 años desde que este espacio obtuvo el reconocimiento como paraíso cinegético, denominándose desde 1973 como Reserva Nacional de Caza para pasar en 1984 a Reserva Regional, cuando las competencias se transfirieron a las comunidades autónomas. 

Medio siglo de vida que envuelve muchos más aspectos que la posibilidad de cazar en un ambiente de calidad, prácticamente de exclusividad, pero que también implica la vertebración de un territorio, la búsqueda del equilibrio de una población animal que varía con el paso de los años o la vigilancia de la salud de la fauna silvestre. Además de apoyar a la socioeconomía de una zona ya azotada por la despoblación en la década de los setenta, la conservación y fomento de las especies y su ordenación cinegética. 

 La Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Demanda es el único espacio cinegético de la provincia, y el tercero de la comunidad en extensión, que presenta estas características especiales de gestión y funcionamiento.Afecta a los términos de casi una treintena de municipios y ocupa una superficie de más de 75.000 hectáreas. Su actual director, y desde 2019, es Francisco Javier Sánchez, que entre otras funciones se encarga de elaborar un Plan Técnico Anual de Caza donde se contemplan la relación del número de animales que se pueden capturar o de los días de celebración de batidas. 

Cada propietario de los terrenos, que suele coincidir con los Ayuntamientos, se ocupa de la enajenación de esos permisos, generalmente en subastas públicas y ahora también en una plataforma web. La forma de cazar es la principal característica de este espacio, ya que siempre se lleva a cabo bajo la compañía de un celador de MedioAmbiente, lo que aporta ese plus de profesionalidad y calidad a la práctica de este deporte dentro de una Reserva. Ellos son los que conocen el terreno palmo a palmo y guían a los cazadores, entre paisajes de gran belleza, hasta donde están las piezas para que puedan abatirlas. Es la modalidad conocida como rececho. De esta forma pueden cazar a corzo, ciervos y ciervas. También hay modalidades de caza colectivas como las batidas de jabalí, ciervo y cierva, denominadas mixtas o de control. Y en especies migratorias están los permisos de pasos de paloma para la caza de torcaz y zorzales, y los permisos de becada, que en los últimos años están siendo muy demandados. 

«Nosotros elaboramos el plan, pero los celadores y los cazadores son quiénes finalmente lo ejecutan», comenta el director de la Reserva, cuyo principal reto es mantener en un nivel adecuado la población de las diferentes especies. En este momento, y de forma especial, se está tratando de frenar la expansión del ciervo, del que se llevó a cabo una repoblación en esta zona a finales de los sesenta y los primeros años de los setenta. «Estamos intentando rebajar su población, de un nivel de densidad medio en el que nos encontramos a uno más bajo», explica Sánchez, que asegura que no es, ni debería ser, una labor única de la Reserva, sino de los cotos de los pueblos colindantes y también de las otras dos reservas regionales contiguas, la de Urbión (Soria) y la de Cameros (La Rioja) y que junto a la Demanda suman casi 300.000 hectáreas de caza protegida. «En especial en el control del ciervo, que es un animal que se desplaza mucho, por eso es necesaria una gestión integral». 

Gestores. Este animal en densidades medias y altas afecta a otras especies silvestres, como el corzo, tiene implicaciones económicas con la fauna doméstica y la ganadería, también afecta a la viabilidad de las reforestaciones y causan una siniestralidad vial más peligrosa. «Hace 30 años estaba prohibida la caza de hembras, ahora mismo, hacerlo, es la clave para gestionar las poblaciones. En los últimos años hemos aumentado en la Reserva su captura casi al 100%», detalla Javier Sánchez, que habla de la «responsabilidad» de los cazadores como «gestores de la población».

 Por ello también les ofrecen la posibilidad de abatir selectivos y así llevar a cabo ese control de población y que la pirámide se mantenga. Como ejemplo, cazar ciervos más jóvenes o ciervas en vez de sólo ciervos de mayor edad, que son los más demandados como trofeo. «Tienen que dar un pasito más, entender que son gestores del medio natural y que tienen unas obligaciones», dice el director, que asegura que la caza ha pasado de ser ocio o fuente de proteínas a tener una responsabilidad con el medio. 

Además del registro poblacional, esta reserva lleva a cabo una importante labor respecto al control de la salud de la fauna silvestre. «Se recogen muestras de todos los animales abatidos. Somos el principal aporte de la provincia al programa nacional de vigilancia sanitaria y tenemos una amplia base de datos de muchas enfermedades», explica Sánchez, que aboga por el término 'una sola salud', que es un enfoque unificador que procura equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas. 

Andaluces y extranjeros. En cuanto al perfil del cazador que acude a la Reserva, desde hace 10 años se viene experimentando un notable incremento de deportistas andaluces, de Jaén o Córdoba, que desean capturar los magníficos ejemplares de ciervo que ofrece la Demanda. También de Extremadura y de Madrid. «No tiene el mismo valor hacerlo en un trigal cerca de Burgos que en las laderas del Manquillo o el San Millán, en lugares más agrestes y de difícil acceso y guiados por profesionales. Ese es nuestro valor diferencial, porque al final, los animales que hay dentro de la Reserva son los mismos que los de los pueblos de alrededor», detalla Sánchez, que recuerda que hace años hubo urogallos y que el oso desapareció a finales del XIX o principios del XX. 

También es habitual ya acompañar a cazadores extranjeros. «Estos suelen hacer un tour que incluye, por ejemplo, cazar un montés en Gredos, que estamos hablando de más de 12.000 euros, un rebeco en Picos de Europa y un ciervo en La Demanda», explica Sánchez, que detalla que la becada y la paloma son más demandadas por deportistas vascos y que en el caso del jabalí son aficionados locales, de la capital y de las provincias limítrofes. 

La Reserva de Caza de la Sierra de la Demanda va a celebrar su 50 aniversario con la publicación de una revista que resuma su trayectoria. También tienen previsto realizar talleres o exhibiciones en septiembre. Pero esta efemérides, como reconoce Sánchez, se ha visto empañada por el descontento de varios de los Ayuntamientos que forman parte de la Reserva y con la solicitud de salirse de ella de Barbadillo de Herreros. «Entendemos sus quejas, incluso las compartimos, y nos preocupa la segregación. El detonante es la merma de personal de campo que arrastramos desde hace años y que vengo demandando desde que llegué a la dirección. Me consta que se está llevando a cabo un proceso selectivo para incorporar a algún celador», explica Sánchez, que considera que para revitalizar estos pueblos estaría bien recuperar alguna ayuda económica similar a las ZIS que dejaron de percibir los municipios hace unos años. 

 Para el director, estas reservas de caza son un modelo de éxito, pero cree que ha llegado el momento de que la administración apueste por ellas más allá del papel, materializando la ley con hechos. «No hablo sólo de dotarla de más celadores, sino de creer en lo que tenemos, también los propios pueblos. Tenemos que tender hacia la excelencia», concluye.