El Tribunal Económico Administrativo Municipal (TEAm) ha vuelto a sacar los colores al Órgano de Gestión Tributaria y Tesorería del Ayuntamiento de Burgos en relación al intento de cobro de un impuesto a la multinacional austriaca Kronospan. En esta ocasión, la resolución afea el Consistorio que en el momento en el que giró la liquidación provisional del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) relativo a los trabajos de ampliación de la maderera «pudo y no lo hizo» haber calculado que la firma tenía que pagar por este tributo más dinero del que le pidió inicialmente.

Todo ello, tras recordar que en todo momento la Administración tuvo conocimiento (porque así se lo hizo saber Kronospan) de las millonarias inversiones que se iban a acometer en las instalaciones de la factoría asentada sobre terrenos de los términos municipales de Burgos y Cardeñajimeno.

En el año 2015, el Ayuntamiento, tras conceder la licencia para realizar los trabajos, giró una cuota de 174.836 por el ICIO y otra de 10.596 euros por la llamada tasa de otorgamiento de licencias urbanísticas. Para ello, tomó como referencia para la base imponible del impuesto únicamente los 12,4 millones del presupuesto de la obra civil.

Sin embargo, en julio de 2020 el servicio de Inspección de Tributos cambia de criterio y trata de corregir la postura municipal al considerar que también se deben de incluir en la base imponible los 67,5 millones de euros invertidos en la nueva maquinaria. Es decir, que el cálculo para el pago del impuesto se debía realizar sobre una base imponible de alrededor de 80 millones. Dicho de otra manera, entendía que Kronospan debía pagar casi 2,4 millones por el ICIO (en lugar de 174.000) y 143.035 por la tasa (en lugar de 10.600).

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