Abren los restaurantes de Barbadillo de Herreros y Canicosa

B.A. / Burgos
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El primero ha estrenado el nuevo edificio que construyó el Ayuntamiento. El segundo, también de propiedad municipal, lo hace este sábado tras muchos meses cerrado. Ambos amplían la oferta de la comarca con menús del día y raciones

Esta cocinera y repostera profesional se muestra muy ilusionada con su nueva etapa en Barbadillo de Herreros. - Foto: f2estudio

La hostelería de la zona de La Demanda está de enhorabuena con la apertura de dos nuevos negocios con apenas una semana de diferencia. El sábado pasado abrió en Barbadillo de Herreros el Bar-Restaurante La Pradera, ubicado en el nuevo local construido por el Ayuntamiento y en el que ha invertido más de 500.000 euros. El segundo, también de propiedad municipal, está en Canicosa de la Sierra. El bar restaurante de su Plaza Mayor, conocido como centro de día, abre este sábado tras varios meses cerrado. 

Ricardo Domingo y Stephanie Castro fueron los elegidos cuando Barbadillo de Herreros sacó a licitación la explotación del bar restaurante. «Les presentamos un proyecto que gustó», comenta Ricardo, que se encarga de las relaciones con los proveedores y de la barra los fines de semana, mientras su mujer, cocinera y repostera profesional, se centra en los fogones. 

Su intención es ofrecer un servicio integral. Abre todos los días, de 10 a 22-23 horas, y propone menús del día con platos caseros y tradicionales de lunes a viernes. También la posibilidad de tomarse un almuerzo, café con tostadas o platos combinados, huevos rotos... «Para los fines de semana estamos terminando de perfilar nuestra carta. No será muy extensa, pero sí más especial, con chuletón y lubina a la brasa o pollo al chilindrón...», enumera como ejemplos.

Todos conocen a este camionero como Paturro, y así se llamará el local de Canicosa de la Sierra.Todos conocen a este camionero como Paturro, y así se llamará el local de Canicosa de la Sierra. - Foto: DB

Los cazadores que acuden los fines de semana a esta zona son potenciales clientes de este negocio. «Casi todos los sábados durante la temporada de caza tendremos grupos de 30 personas. Para ellos haremos menús ya cerrados. Más clásicos, pero que les gustan, como olla podrida o patatas con bacalao», detalla Ricardo, que cuenta que también disponen de una carta de raciones, pizzas variadas y hamburguesas con carne de buey y vaca. «El que venga a La Pradera va a tener diferentes opciones. No se va a ir sin comer», puntualiza su mujer, Stephanie.  

Completa su oferta con pinchos en barra los sábados y los domingos y con paellas y arroces por encargo, tanto para comer en el local como fuera. «También podemos hacer menús por petición para llevar. Que el cliente nos diga lo que necesite y se lo preparamos», comenta Ricardo, que cuenta que además de él y su mujer, están empleadas otra persona en barra y una más en la cocina. «El equipo está formado por cuatro, pero es un negocio que funciona por picos, y en algunos momentos necesitaremos otras dos», detalla el hombre, que en principio ha firmado un acuerdo de dos años con la posibilidad de ampliar otros dos.  

Del camión a la barra. Ricardo, de Vilviestre, y su mujer Stephanie, dejaron Madrid para instalarse en la localidad pinariega coincidiendo con la pandemia. También se ha vuelto al pueblo César Domingo, Paturro. Se ha bajado del camión tras más de una década trabajando como transportista en la capital burgalesa para abrir en Canicosa de la Sierra, su pueblo, y al que iba todos los fines de semana, el bar restaurante del centro de día.  «Tengo 38 años y creo que nunca había estado tan ilusionado con algo como lo estoy ahora», cuenta el hombre, que lleva desde verano dando vueltas a la idea de convertirse en hostelero. «Me gustaba mucho el camión, pero empezaba a estar cansado de él, tenía ganas de volver a vivir en Canicosa y me pareció una buena oportunidad», relata mientras termina de llenar cámaras y dejar todo listo para la inauguración de este sábado. «Habrá aperitivo para todos de 13 a 15 horas», invita el hombre.  

Su idea es contratar a 2 personas, y ofrecer almuerzos por la mañana, pinchos al vermú, menús del día, tapeo por la tarde-noche y que ya los clientes continúen tomando una copa. «He puesto luces y altavoces nuevos, he invertido en vajilla y se podrán ver los partidos de fútbol», relata el hombre, que cobrará 500 euros del Ayuntamiento de Canicosa al mes, además de no pagar alquiler. «De mi cuenta corre la cuota de autónomo y los gastos de luz y calefacción», añade. 

César ha contagiado su ilusión a muchos vecinos y es que con la apertura del centro de día Paturro se podrá alternar e ir de un local a otro, ya que hasta ahora sólo había un bar, el Cabrero. El nuevo hostelero tiene previsto abrir todos los días, de 10-10.30 horas hasta el cierre, y pretende que todos se sientan cómodos en su negocio. «Estoy pensando, por ejemplo, los domingos dar chocolate con churros para que se animen las mujeres», detalla Paturro, que asegura que siempre ha tenido el gusanillo de hacer algo en su pueblo y que el momento ha llegado. «Me he vuelto a Canicosa a cambiar de vida. Espero que para bien», confía.