Charo Zarzalejos

CRÓNICA POLÍTICA

Charo Zarzalejos

Periodista


Ley, liturgia y conversación

22/12/2023

La ley, la liturgia y la conversación son elementos claves, características insoslayables de una democracia madura. Sin ley no habría sociedad. Sería la selva. La ley garantiza nuestros derechos y libertades y nos impone obligaciones. Su transgresión se paga, aunque hay que admitir que hay formas un tanto sutiles de esquivarla, de aparentar que se cumple en todos sus aspectos bajo fórmulas que, en muchas ocasiones, no solo no se detectan a tiempo sino que quedan establecidas por aquello que el Derecho y la norma son interpretables. Tan interpretables que tenemos numerosos ejemplos de cómo, incluso desde instancias oficiales, se hace caso omiso a determinadas sentencias.
La ley, como toda obra humana, tiene sus agujeros y siempre es perfectible pero en democracia la ley quedaría devaluada, aún cuando se cumpla, si no se atendiera, si no se diera la importancia debida a la liturgia; es decir a las buenas formas. Y en este punto, nuestra democracia tiene muchos agujeros negros. Uno de ellos, que es obvio, es el rechazo consentido a que nada menos que el representante ordinario del Estado en Cataluña haga caso omiso, cuando no crítica acérrima a la jefatura del Estado. ¿Es aceptable que Aragonès se niegue a determinados saludos al Rey?. ¿Es aceptable que los premios Princesa de Gerona se tengan que celebrar en un espacio privado?. ¿Por qué hemos aceptado con naturalidad que los partidos nacionalistas no estén presentes en momentos significativos de nuestra democracia o que se quemen fotos del Rey y casi nadie diga nada?.
Liturgia también es que Gobierno y Oposición mantengan, desde las discrepancias, unas relaciones correctas e institucionales. Desde la presidencia del Gobierno se han tomado decisiones de enorme calado para España. Es lo que denominamos cuestiones de Estado: Ucrania, Telefónica, y, desde luego, ley de amnistía. Todos estos asuntos y algunos más, en una democracia correcta hubieran merecido una llamada del presidente del Gobierno al líder de la Oposición no ya para acordar sino para informar. La liturgia democrática obliga al máximo respeto a la figura del Jefe del Estado, al presidente del Gobierno y, por supuesto, al poder Judicial.
Y es en esta parte de la liturgia democrática en la que hay que poner en valor la conversación; es decir, el cambio de impresiones, la disparidad de criterios y de ideas sin que nadie sea por ello calificado de enemigo o sus palabras, siempre que sean correctas, se conviertan en mofa por parte del adversario.
En estos momentos en España no hay más conversación que la que el Gobierno mantiene con sus socios, ignorando de manera militante, no ya a VOX, sino al PP para quien, con todos sus errores que no son pocos, no hay indulto posible. Cuando se trata de los socios, la memoria no existe, al contrario. Cuando se trata de Feijóo el tema se resuelve con una carcajada barriobajera o con un para usted la perra gorda. Todo muy edificante...
Hoy se verán Sánchez y Feijóo. El PP ha manejado mal su asistencia al encuentro, cosa que Feijóo tenía decidido desde el minuto uno aún a sabiendas de que iba a recibir críticas por parte de quienes parecen olvidar que el presidente del PP de no asistir hubiera ido contra su propia forma de entender la política. Dice Sánchez que es inédito reunirse en el Congreso. ¿No es más inédito que a través de persona interpuesta como Santos Cerdán acepte reunirse con Puigdemont primero en Bélgica y luego en Suiza con verificador de por medio?
Nuestra vida política está muy tensionada, las malas formas campan a sus anchas y nada augura que las cosas vayan a cambiar. Sánchez continuará dando lecciones de alquimia política y Feijóo no tiene más opción que la de resistir.
Para todos, feliz Navidad.