Otro estudio de sangre da nuevos detalles del triple crimen

I.E.
-

Contra lo que dijeron las primeras pesquisas, a Salvador lo acuchillaron cuando estaba acostado. Fue en su huida cuando terminó en la cocina. El niño salió al pasillo, se encerró luego y no se ocultó bajo la cama

Periodistas ante el edificio en el que ocurrieron los terribles asesinatos hace 18 años. - Foto: Jesús J. Matías

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) encargó en 2016, con el secreto de sumario decretado, un estudio de los vestigios de sangre que aparecieron en el quinto A de la calle Jesús María Ordoño tras el triple asesinato de Salvador Barrio; su esposa, Julia Dos Ramos, y su hijo pequeño, Álvaro. Se trata de una disciplina de la ciencia forense que permite reconstruir hechos violentos a partir de los patrones que dibuja la sangre en paredes, suelo, muebles o ropa. Con este análisis la Policía Nacional ha sido capaz de establecer una secuencia de los hechos y una localización de los ataques que modifican detalles importantes de las conclusiones a las que llegaron los primeros investigadores que se encargaron del caso, allá por junio de 2004.

Las primeras pesquisas establecieron que el padre, Salvador, se levantó de la cama cuando oyó que alguien abría la puerta y recibió el primer ataque en el recibidor. Este último estudio no está de acuerdo con esa tesis y considera que, de acuerdo a las trazas de sangre halladas, 'Salvi' es agredido por primera vez, «de forma sorpresiva, mientras descansa en su lado de la cama, el más cercano a la ventana». Ese primer ataque «lo deja aturdido pero no lo suficiente como para no intentar la huida en dirección a la salida de la habitación».

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)