Los agricultores piden que se anule la prohibición de cosechar

I.P.
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Unos 300 profesionales del sector se han concentrado este viernes frente a la Delegación de la Junta en Burgos hartos de ser criminalizados por incendios que ellos no provocan y por no poder recoger el "fruto de todo un año"

Concentración de los agricultores frente a la delegación de la Junta. - Foto: Luis López Araico

Mucha tensión y nervios a flor de piel entre los tres centenares de agricultores burgaleses que se han concentrado a las 13:30 horas junto a la Delegación de la Junta para exigir la derogación de la orden que prohibe cosechar entre las 12 del mediodía y las 7 de la tarde, y que fue emitida por el director general de Medio Ambiente con efecto desde el pasado día 20 hasta el domingo 24, en lo que fue una prolongación del estado de alarma por altas temperaturas. 

A esa hora los termómetros marcaban 25 grados, una temperatura que no supone ningún riesgo de incendios. «Estamos aquí cuando deberíamos estar cosechando y recogiendo el fruto de todo un año de trabajo», era las palabras que más se oían entre los corrillos de los agricultores y ganaderos llegados de distintas comarcas de la provincia, secundando la concentración convocada por las cuatro organizaciones agrarias, Asaja, Uccl, Coag y Upa, en esta ocasión haciendo causa común contra lo que consideran un sinsentido de la Consejería de Medio Ambiente. 

Si el ambiente estaba caldeado entre los agricultores, también lo era en los líderes de los sindicatos. Los cuatro han mantenido un encuentro con el Delegado Territorial, Roberto Saiz, en el que le han pedido que de forma inmediata se anulara la orden y permitieran salir a recolectar desde ya. «Igual que se firma una resolución se puede derogar», explicaban estos y también manifestaban los profesionales del sector concentrados.

Las caras de los líderes sindicales tras el encuentro con Saiz no presagiaban noticias esperanzadoras. Esteban Martínez, Susana Pardo, Gabriel Delgado y Cristian Martínez explicaron que fueron muy contundentes ante el delegado y que este les manifestó que transmitiría la petición, pero que no garantizaba que la orden se fuera a anular esta misma tarde.  

De no ser así, los sindicatos exigen que de ninguna de las maneras la Junta prolongue a partir del domingo una nueva situación de alerta, porque los agricultores no pueden estar más días sin poder cosechar, ya que se juegan la economía de todo un año de trabajo, y cada día que pasa merma la producción de cereal. Además, inciden en que la Junta no puede legislar para todas las provincias de la comunidad de manera unánime, porque en cada una las condiciones climatológicas son distintas.

En este sentido, se recordaba que en la provincia burgalesa es en la que más tarde se empieza a cosechar y donde las noches no reúnen condiciones para la recolección, como se ha comprobado estos mismos días con el rocío que impide realizar la labor a las cosechadoras, por lo que en Burgos no tiene ningún sentido que se permita realizar esa labor desde las 7 de la tarde hasta las 12 del mediodía, sostienen.

Las organizaciones agrarias no descartan presentar una demanda judicial contra el firmante de la orden prohibitiva, y entre los agricultores se escucharon gritos de dimisión tanto del director general de Medio Ambiente, José Manuel Jiménez, como del consejero, Juan Carlos Suárez-Quiñones. 

Muy enfadados, todos pedían que no se criminalice a los agricultores de los incendios, y recuerdan que los que se están produciendo en la región no han sido provocados por las cosechadoras, sino que al contrario, ellos son los primeros que van a apagarlos. Exigen a Medio Ambiente que en vez de 'atentar' contra el derecho de trabajar y recoger sus cosechas, lo que tienen que hacer es limpiar los montes y las riberas de los ríos, causantes de la gran mayoría de incedios forestales que se están dando estos días en la comundad autónoma.   

Los representantes exigirán, por otra parte, que de cara al próximo año, la Administración regional les convoque para estudiar cómo se presenta la campaña y adoptar las medidas que sean necesarias de forma coordinada, teniendo en cuenta que cada vez serán más probables episodios de olas de calor, «y no por ello vamos a tener que dejar de cosechar», sentencian.