Lou Matilla

Déjame que te cuente

Lou Matilla


Una silla vacía

31/05/2023

La mañana transcurría dentro de la normalidad; uno que mira por la ventana y no atiende, otro que se queda dormido, otros que hablan y no dejan escuchar al resto, el gracioso que parte la goma de borrar en trescientos trocitos que luego va tirando a todos haciéndose el gracioso… En fin, esas cosas de preadolescentes que todos hemos hecho alguna vez. Era nuestro último año en el colegio, octavo curso de la tan recordada y nostálgica EGB. Nos sentíamos especiales porque en nada dejaríamos de ser niños y nos convertiríamos en mayores al pasar al Instituto, ¡estábamos pletóricos! Sin embargo, ese día no todo era normal, había una silla vacía. Era raro porque él nunca faltaba y a todos nos extrañó. Las clases continuaron hasta que en un momento llamaron a la puerta y el profesor fue a abrirla. Alguien vino a comunicar una noticia que nos dejó sin habla: él se había quitado la vida. Nos quedamos todos rotos en un silencio estremecedor.

Las cifras de suicidio de los últimos años son verdaderamente escalofriantes. Los profesionales que trabajan en este ámbito están preocupados ante el aumento de jóvenes que cometen estos actos. La salud mental se ha infravalorado durante muchísimo tiempo, se le ha quitado importancia a la necesidad de tener una mente sana cuando en realidad es nuestro motor y se ha llegado a estigmatizar a las personas que acudían al psicólogo. Deberíamos dejar de juzgar a una persona de la que no sabemos nada, de la que no conocemos su situación ni su vida. Deberíamos mirar más allá y aprender a ayudar y proteger a quienes veamos vulnerables, porque eso es lo único que suma y reconforta. Y eso es lo que está haciendo desde hace unos meses el Grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio de Burgos (APRESUIC), cuyo objetivo es dar visibilidad y prevenir este problema de salud pública que tanto sufrimiento provoca.

La vida es lo más preciado que tenemos y no podemos abandonar a quienes han perdido la esperanza o se sienten solos y abatidos en un momento de su camino. Si hacemos eso, habremos fracasado como sociedad. Debemos ser solidarios, justos y ofrecer nuestra mano a aquellos que la necesiten. Porque todos tenemos derecho a la vida y ninguna silla debería volver a quedarse vacía. Pueden contactar con APRESUIC en prevenirsuicidioburgos@gmail.com y en sus RRSS.