¿Cuánto cuesta un kilómetro de AVE?

Benjamín López (SPC)
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Adif estima que cada tramo supone 18 millones de euros, una cantidad que está en la media, y espera duplicar el número de viajeros para que sea rentable

El AVE ha suscitado, en los últimos tiempos, un debate político entre los partidarios de replantearse las obras previstas y los que apuestan por seguir desarrollando esta infraestructura como sello de calidad de España. En el fondo, el conflicto que subyace es el de la rentabilidad de la Alta Velocidad.

Pero, ¿realmente es tan caro? Según Adif, la empresa pública encargada de la infraestructura ferroviaria en España, cada kilómetro ha costado unos 18 millones de euros, de los que, en números redondos, 14 corresponden a la construcción de la plataforma, alrededor de cuatro al montaje de la vía, uno más para la electrificación de la línea y otro millón para la señalización y las telecomunicaciones.

Claro que esa es la media. El coste real depende de muchos factores, principalmente orográficos y geológicos. Así, por ejemplo, la línea Madrid-Sevilla tuvo un coste de cuatro millones por kilómetro (finales de los años 80), y la Córdoba-Málaga estuvo en los 17,4. La factura del corredor que más pasajeros mueve, entre la capital y Barcelona-Figueres, ascendió a 15,5 millones por kilómetro, mientras que la línea Madrid-Albacete-Valencia costó 13,5. La Madrid-Valladolid es una de las más caras construidas hasta la fecha, con un coste de 24,5 millones por kilómetro. La explicación la encontramos en los túneles faraónicos que tuvieron que excavarse para ese trayecto: los de San Pedro, de unos nueve kilómetros de longitud, y los de Guadarrama, que con sus 28,4 kilómetros son los cuartos más largos de Europa y los quintos del mundo. Según Adif cada kilómetro de túnel puede llegar a costar hasta 50 millones de euros.

No obstante, si comparamos los costes españoles con los de los países de nuestro entorno, se puede concluir que el AVE español es «barato». Así, según el estudio Alta velocidad: experiencia internacional, presentado hace unas semanas por el observatorio Fedea, en Italia cada kilómetro de alta velocidad tiene un coste medio de 61 millones que, en algunos trayectos con especiales dificultades orogáficas, se dispara a más de 96 millones. En Japón el precio medio es de 53 millones y en Corea alcanza los 42 millones.

Pero más allá de la construcción de las líneas de Alta Velocidad hay otro capítulo que afecta a la infraestructura y que representa un fuerte gasto: el mantenimiento. La media de coste por kilómetro y año es de 100.000 euros por lo que Adif se deja cada año 300 millones de euros solo en mantener a punto las vías, la señalización, el cableado.

En España, a pesar de que el coste del kilómetro de Alta Velocidad es uno de los más bajos, existe un problema con el número de viajeros. La cuestión se podría resumir en una frase: el AVE español es de los mejores del mundo pero de los menos utilizados.

Para hacernos una idea, en números redondos, cada español coge el AVE de media una vez cada dos años mientras que un alemán o un francés monta dos veces cada 365 días. El objetivo que se han planteado en el ministerio de Fomento, en Renfe y en Adif es conseguir duplicar el número de viajeros en los próximos años para lograr que la Alta Velocidad sea rentable. Eso traducido a cifras concretas significa pasar de los 29 millones de pasajeros que usaron el AVE en 2014 a cerca de 60 millones. De momento, este año 2015 el número de usuarios ha aumentado el 10 por ciento hasta junio.