La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades será la que finalmente ocupe el pabellón número 3 del antiguo Hospital Militar con el fin de aglutinar en este espacio las cinco sedes que la Gerencia Territorial de Servicios Sociales tiene repartidas por la ciudad. Tras décadas cerrado, dicho inmueble   ha sido objeto de atención por parte de la Universidad de Burgos desde que la Junta cediera a la institución académica 40.000 metros del complejo hospitalario para uso docente, reforzando en los últimos años su petición de cesión para materializar los planes de crecimiento del campus fruto de la implantación de nuevas titulaciones.

Su objetivo se ha visto ahora frenado con la decisión de la Junta de Castilla y León, propietaria del edificio. Desde la citada Consejería confirman su determinación a este periódico y explican los motivos que han llevado a tomarla. «La intención pasa por potenciar y mejorar la calidad y la atención a los ciudadanos», explican en referencia una dispersión de los servicios por distintas ubicaciones como la glorieta de Bilbao, las calles Ana Lopidana y Luis Cernuda, y el paseo de la Sierra de Atapuerca, a los que suma la Unidad de Atención a Personas con Discapacidad, conocida como Centro Base, que en se encuentra ahora en Juan de Padilla.

Las argumentaciones del departamento regional hacen también referencia a una cuestión económica, puesto que no todas esas sedes son de propiedad de la Administración autonómica y en algunas se están pagando alquileres. Las mismas fuentes precisan que se acometerá la rehabilitación del inmueble para este nuevo uso, ante la falta del mismo por parte de la Consejería de Sanidad, y avanzan que el contrato para la redacción del proyecto de ejecución y la dirección de obra se encuentra en «vías de licitación», sin añadir por ahora más detalles al respecto.

Imagen del inmueble que se encuentra entre la Facultad de Ciencias de la Salud y el centro de salud de Las Huelgas. - Foto: Jesús J. Matías

La noticia ha causado sorpresa entre los responsables de la Universidad de Burgos, quienes aseguran que «no se ha recibido ninguna notificación por escrito» de una decisión con la que la vicerrectora de Campus y Sostenibilidad, Amparo Bernal, asegura que la institución «no está cómoda ni contenta», puesto que es la entidad responsable del control de todo el recinto, y de la que, según asegura, solo ha tenido conocimiento por «conversaciones informales» en respuesta a la última petición de cesión para utilizar otros espacios del Hospital Militar. Recibieron el sí para el único barracón que quedaba sin reformar con el objetivo de convertirlo en aulario, así como un complejo de naves y antiguas cocheras donde se instalarán las calderas de biomasa que abastecerán a todos los edificios del complejo sanitario.

Nuevas titulaciones. En dicha respuesta no se incluía el pabellón número 3 y, de hecho, en la visita que cursó en marzo de 2020 el entonces consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, no descartó su posible cesión a la UBU, pero aseguró que, en principio, se iba a mantener su empleo sociosanitario. Sin embargo, el rector, Manuel Pérez Mateos, reconoce que mantenía la esperanza de poder ocupar el inmueble en algún momento dadas las necesidades de espacios que presenta la institución académica a corto plazo, máxime con la implantación del grado de Psicología, que depende de la Facultad de Ciencias de la Salud, con sede en el Militar al igual que la de Humanidades y Comunicación, además de la intención de seguir ampliando los títulos en la primera rama. 

Pérez Mateos subraya que la Universidad agradece a la Junta la cesión de espacios en el antiguo complejo sanitario, si bien aboga por que «reconsidere su decisión» apuntando a varias razones. Por un lado, al interés que siempre ha mostrado la academia burgalesa en dicho inmueble y al hecho de que se trata de un edificio «perfecto» para los planes de crecimiento, puesto que proporciona continuidad a los anteriores centros. Y, por otro, a que aún no ha recibido esa comunicación oficial por parte del Gobierno regional. En cualquier caso, admite que la ampliación «se complica» porque teníamos puestas las expectativas en el inmueble.

El máximo responsable académico está abierto a otras opciones, como la rehabilitación de alguno de los edificios históricos que dan al paseo de los Comendadores, aunque en este caso el desembolso económico sería muy elevado debido a un estado más deteriorado y a su protección especial. En este punto, muestra la disposición de la UBU a ocuparlos, al igual que a la posibilidad de crear nuevas infraestructuras en los amplios terrenos de su propiedad situados detrás de la Escuela Politécnica Superior de la Milanera. «El problema siempre es el mismo y no es otro que el de la falta de financiación», remarca, sin olvidarse de otro proyecto presentado a la Junta en ese mismo complejo hace más de un año para adecuar la iglesia, ya desacralizada, como centro cultural y de ocio universitario, y para el que aún no ha recibido respaldo económico.

El déficit de espacios es un problema del que los responsables académicos llevan tiempo advirtiendo. Para paliarlo, ha acudido también a otras instituciones como el Ejército, que dispone de un edificio sin uso en ese mismo recinto, concretamente frente a la Asociación Párkinson Burgos. La Universidad ya ha trasladado la petición de cesión a la Subdelegación de Defensa con la idea de convertirlo en aulario y las sensaciones son «buenas». Por el momento, está a la espera de respuesta.