Su gran virtud es su invisibilidad, pero es también su gran vulnerabilidad. Los murciélagos desaparecen en Burgos y la opinión pública es totalmente ajena a esta catástrofe natural y sus consecuencias. Desconocidos, ignorados, mitificados, repudiados e incluso odiados, los quirópteros están copando los listados del Catálogo de Especies Amenazadas de Castilla y León. Cualquier comarca o pueblo de la provincia de Burgos que se consulte en este censo extremo tiene a estos pequeños mamíferos alados entre sus animales más vulnerables. Y no es una especie en concreto sino una decena de las 34 que pueblan la Península Ibérica [hay otras 1.400 por el resto del planeta], todas ellas protegidas por Ley. 

Los murciélagos van camino de sumarse a los cuatro animales en peligro de extinción más amenazados en Burgos (la perdiz pardilla, el milano real, el visón europeo y el águila imperial), aunque, por ahora, forman parte del grupo de los más vulnerables. Entre éstos se encuentran el cangrejo ibérico, el tritón alpino, el blenio de río, la rana ágil, el desmán ibérico, el alimoche común, el aguilucho cenizo, el buitre negro, la alondra ricotí o la ganga ortega, entre otros.

La mayoría de los vulnerables son sobradamente conocidos, se les fotografía, se les censa, se les vigila, se les aprecia, se les respeta y se comprende su situación crítica... 

Ejemplar capturado de murciélago ratonero forestal. - Foto: Luis Hernández Tabernero

El murciélago no lo pone nada fácil, su vida transcurre cuando se detiene la de la mayoría del resto de especies -incluida la humana- y su casa son oscuras cavernas, viejos árboles, edificios en ruinas y habitados o cualquier rincón o grieta que les brinde protección y descanso, en el campo o en plena ciudad. Y no hablamos de su leyenda negra, más novelesca que científica...

Todas las comarcas. El Catálogo de Especies Amenazadas en Castilla y León, elaborado por la Junta, detalla cuáles son las especies de murciélagos en riesgo y dónde se localizan en el mapa regional. Con solo tomar algunos puntos aleatorios de la geografía provincial se ve la magnitud del problema al que nos enfrentamos. 

En Espinosa de los Monteros y su entorno peligran hasta seis especies: el murciélago de cueva, el ratonero mediano, el ratonero grande, el ratonero pardo, el mediterráneo de herradura y el grande de herradura. En el Valle de Losa ocurre lo mismo. En el de Tobalina son vulnerables el nóctulo grande (el único carnívoro que habita en España) y también el mediano. San Sadornil y su comarca suman todas estas especies y también el Valle de Valdelucio.

Luis Hernández, experto en quirópteros, utiliza la red para realizar los censos. - Foto: Luis Hernández Tabernero

Pradoluengo tiene el mismo problema con los murciélagos ratoneros grande y el bigotudo. En Huerta de Arriba echan en falta al mediterráneo de herradura y al grande de herradura. En Neila al ratonero forestal y al bigotudo. En Silos al murciélago de cueva y al resto de sus hermanos antes mencionados. En Milagros también y en Santa Cruz de Salceda, donde las únicas especies vulnerables son estos mamíferos nocturnos.

Insectívoros. Todos los mencionados comen ingentes cantidades de insectos en sus salidas nocturnas. Se estima que ingieren hasta la mitad de su peso en una sola noche, lo que son varios cientos de mosquitos en unas horas. 

El uso masivo de insecticidas y plaguicidas en la agricultura es, por tanto, uno de sus principales enemigos, como también lo está siendo para las aves insectívoras. 

También les pone en peligro la tala de los viejos árboles donde se refugian en colonias, la destrucción de los edificios en ruina o las obras de restauración de las viviendas que nunca tienen en cuenta a estos discretos inquilinos. 

«Los murciélagos se refugian en cualquier fisura de un edificio o de un monumento, desde una junta de dilatación, bajo las tejas, los cajones de las persianas, las chimeneas o en una simple grieta. Las restauraciones son su principal enemigo», explica Luis Hernández, integrante de la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos (Secemu) e investigador de estas especies en la Universidad de Salamanca. 

El espeleoturismo, las visitas incontroladas a cuevas, túneles y minas afectan mucho a la tranquilidad de los murciélagos cavernícolas, sobre todo en las épocas críticas de invernada y de cría, desde mayo hasta bien entrado agosto. Hay que tener en cuenta que estos singulares mamíferos solo tienen una cría al año.

Eólicos. Los parques eólicos son hoy la primera causa de muerte de los murciélagos. Secemu estima que entre 3 y 10 ejemplares mueren al año por la acción de un aerogenerador (en Burgos giran más de un millar). Son 2 millones de animales muertos en las últimas dos décadas de expansión de la energía eólica en España. 

Los murciélagos se ven atraídos por las corrientes que genera la acción de las aspas y es en el arranque de esta maquinaria o con viento a baja velocidad cuando se produce el mayor número de bajas. Este minúsculo animal es incapaz de soportar los vacíos que genera el giro de las grandes estructuras.

Las demandas de los conservacionistas pasan por la realización de más estudios ambientales rigurosos en este ámbito, la instalación de los parques en zonas de baja actividad de los murciélagos y, sobre todo, la elevación de la velocidad de arranque de los aerogeneradores para reducir al máximo los momentos de mayor mortalidad.

¿Cómo se cuentan?

A diferencia de otras especies en peligro, no abundan los expertos en murciélagos y el estudio de estos animales ofrece su complejidad. De entrada, Luis Hernández, de la Secemu, confirma que todas las provincias de Castilla y León han sido estudiadas y censadas y que la Junta elabora e impulsa estudios sobre estos animales.

El censo más fácil de realizar es el de los murciélagos cavernícolas. Basta con contar directamente los ejemplares que se observan en el lugar subterráneo elegido. «Si son muchos hacemos fotografías para molestar lo menos posible y sobre la imagen hacemos el recuento». detalla Hernández.

En épocas de cría se utilizan cámaras infrarrojas en las salidas de los refugios, lo que permite afinar sobre la especie que existe en el lugar elegido. 

Secemu insiste mucho en el mensaje de que estamos ante un animal inofensivo para el hombre, pese a la mala fama que los acompaña. «Las especies presentes en España son bastante pequeñas, por lo que es habitual que las personas que las encuentran piensen que son crías y traten de recogerlas. Los murciélagos no son agresivos y no atacan, pero al ser animales silvestres pueden reaccionar intentando morder cuando tratamos de capturarlos. Desde aquí recomendamos que no se manipulen y en caso de ser inevitable, hacerlo siempre provistos de guantes». 

De las 34 especies existentes en la geografía nacional solo en dos se tiene constancia de que pueden ser portadoras y transmisoras de la rabia, por lo que se aconseja la vacunación preventiva a las personas dedicadas a su estudio y manipulación.

En el Instituto Carlos III de Madrid se realizan estudios permanentes sobre las enfermedades que pueden contagiar y la covid no está entre ellas. «Nunca se ha probado, aunque ha contribuido a incrementar su mala fama...».  

Aunque algunos lo siguen poniendo en duda, no fueron los culpables de la pandemia del coronavirus y los beneficios que aportan al ecosistema son mucho mayores que los riesgos. «Son, tras los pájaros, el mayor insecticida natural que existe en la naturaleza por la ingente cantidad de insectos de los que se alimentan».