Álvaro González lo vuelve a hacer

ROBERTO MENA / Burgos
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Logró el ascenso con el Aparejadores a la máxima categoría y cinco años después ha logrado que el Flor de Escocia UBU PRB alcance la División de Honor B después de tres intentos fallidos

Álvaro González posa rodeado de las jugadoras del Flor de Escocia PRB en el campo de San Amaro. - Foto: Patricia

Justo cuando se cumplían cinco años del ascenso del Aparejadores a la máxima categoría nacional, el Flor de Escocia UBU PRB se ganaba a pulso una plaza en la División de Honor B femenina en la localidad vallisoletana de Arroyo de la encomienda. Esos dos éxitos del rugby burgalés tienen un denominador común, Álvaro González. 

Ambos combinados lo han conseguido con el técnico local en el banquillo. «Es una alegría inmensa el haber podido participar en esos dos momentos. En Burgos no tenemos tanto rugby como en otras ciudades, pero el que hay está creciendo y creo que está a un gran nivel», señala.

Se queda con ambos ascensos y no acierta a decir cuál fue más emocionante, aunque sí habla de diferencias. «Con el Aparejadores fue a doble vuelta y ganamos en Sevilla, por lo que en el segundo partido lograr el objetivo era algo que veíamos cercano. Sin embargo, con las Pingüinas fue diferente. Teníamos mucha ilusión puesta en la primera vía, pero en Cádiz no estuvimos bien. Existían muchas dudas de cómo nos iba a ir contra un equipo de División de Honor B», explica.

Pero todo salió bien y el entrenador asegura que se sacaron «espina», ya que todo el equipo era consciente que ante el Portuense no mostraron su mejor nivel. Habla de «una alegría inmensa» y de los «gratificante» que fue alcanzar el objetivo después de quedarse «tres temporadas consecutivas a las puertas».

Lo que deja claro Álvaro González es que la recompensa del ascenso del Flor de Escocia UBU PRB no viene de este curso, sino que es «fruto del trabajo de varios años». «Poco a poco el equipo ha ido creciendo y las cosas se han ido haciendo bien. Todo comenzó como un grupo de amigas, pero llegó un momento que se dieron cuenta de que querían más y por eso se dio el paso adelante», expone.

Celebra el buen momento que vive el rugby en la ciudad y cree que es un deporte que «ha encontrado su nicho y a gente que apuesta por él». «Creo que los valores que representa y el compromiso que tenemos todos los que formamos parte de esto. El jugador de rugby lo sigue siendo incluso después de retirarse. Cuando ya no juegas ayudas a tu club, a tus compañeros, pero siempre sigues ahí. Todo eso ha hecho que algunos quieran apoyarlo», responde.

Sabe que el Flor de Escocia UBU PRB tiene un ilusionante y complicado reto por delante. Han subido un escalón y eso acarreará más esfuerzos en todos los ámbitos. Tienen tiempo suficiente para armar el equipo, aunque anuncia que no se volverán locos. «Aumentarán los gastos y vamos a tener que hacer muchas cuentas, pero seguiremos adelante», indica.

La base, las de casa. Lo que tienen claro en las Pingüinas es que la columna vertebral del equipo seguirán siendo las jugadoras de casa. «Tenemos la base», señala Álvaro González, que reconoce que tratarán de apuntalar el equipo con gente de fuera «si se puede». «Vamos a ver qué se puede hacer. Si podemos traer integrantes que aumenten el nivel perfecto, pero si no puede ser pelearemos con las de casa», declara.

Uno de los aspectos importantes para el entrenador burgalés es que su plantilla tiene un importante «margen de mejora». Parte del equipo ha comenzado a jugar al rugby hace poco, por lo que puede seguir creciendo. Otro de los aspectos que hacen que el club local sea optimista es su cantera.

«Hemos logrado tener un equipo de formación con jugadoras muy interesantes que en unos años nos podrán echar una mano. Hay niñas con un futuro prometedor y eso es algo muy positivo para la entidad», concluye.