El único asesinato de ETA en Burgos, 45 años sin culpables

R. PÉREZ BARREDO
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Valentín Godoy Cerezo, policía nacional extremeño con residencia en Vitoria (y antes en Miranda), fue tiroteado en el interior de su vehículo en las inmediaciones de La Puebla de Arganzón

Vehículo en el que fue asesinado de varios disparos en la cabeza.

De los 379 asesinatos a manos de ETA que están sin resolver (esto es, sin que sus culpables hayan sido juzgados y condenados), uno es el único que la banda terrorista perpetró en suelo burgalés. De este crimen se cumplen ahora 45 años. La víctima se llamaba Valentín Godoy Cerezo, policía nacional de 27 años, soltero y natural de Badajoz. Su cuerpo sin vida fue hallado en el interior de su propio coche el 26 de junio de 1977, en el término municipal de La Puebla de Arganzón, en el Condado de Treviño, por una patrulla de la Guardia Civil a la que alertó el hecho de que el vehículo se encontrara estacionado junto a una finca con las luces encendidas casi cerca de la mediodía.

En el interior del Renault 12 matriculado en Burgos los agentes se encontraron el cuerpo sin vida del agente, reclinado sobre el asiento derecho. Había sido tiroteado con tres disparos, a bocajarro. La víctima apenas llevaba medio año trabajando y viviendo en Vitoria, aunque su primer destino había sido Miranda de Ebro. La aparición de su cadáver desconcertó a los investigadores, que durante los primeros días manejaron distintas hipótesis, desde un posible ajuste de cuentas a alguna desavenencia con quien, en el momento fatal de su último viaje -uno o varios acompañantes- hubiesen decidido quitarle la vida. Se contempló, incluso, que el policía hubiese subido a su coche a algún autoestopista que luego le había pagado de aquella terrible manera, por váyase a saber qué motivo, su generosidad.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)