Tumban dos parques eólicos en Merindades

A.C. / Merindad de Sotoscueva
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El Gobierno ha emitido una declaración de impacto ambiental desfavorable para los proyectos Virtus I y Virtus II, previstos junto a Ojo Guareña, en Sotoscueva, Espinosa y Valdeporres

Los parques hubieran sido visibles desde cualquier punto del Monumento Natural de Ojo Guareña, un espacio protegido y muy visitado.

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica ha formulado un a declaración de impacto ambiental desfavorable a la ejecución de dos proyectos de parques eólicos, Virtus 1 y Virtus 2, con los que la empresa Generación Eléctrica Verde quería instalar un total de 16 aerogeneradores en los municipios de Espinosa de los Monteros, la Merindad de Sotoscueva y la Merindad de Valdeporres.

Son muchas las afecciones ambientales negativas que destaca la declaración y entre ellas se cuenta el efecto acumulativo de parques eólicos en 25 kilómetros alrededor de los dos proyectos, donde se acumulan hasta 264 aerogeneradores.

El documento del gobierno central publicado ayer en el BOE explica además que ambos proyectos, muy cercanos entre sí y situados en la Zona Periférica de Protección del espacio natural de Ojo Guareña, generarían «la continuidad espacial de, al menos, diez parques eólicos con 172 aerogeneradores», creando una especie de gran barrera para la gran cantidad de aves protegidas del entorno. Los dos proyectos hubieran estado muy cercanos al parque eólico La Peñuca -Espinosa de los Monteros- y la Junta de Castilla y León ya exponía en 2003, cuando se construyó, que «desaconsejaba desde el punto de vista ambiental la construcción de más parques eólicos en el entorno inmediato -de la Peñuca-, porque la sinergía produciría un impacto global crítico».

Las diferentes direcciones generales de la Junta de Castilla y León emitieron duros informes contrarios a los parques Virtus 1 y 2, cuyos aerogeneradores de 6,3 y 6,2 megavatios de potencia iban a sumar más de 200 metros de altura frente a los 60 de los instalados actualmente en la comarca. En el ámbito de la flora, la vegetación y los hábitats de interés comunitario llama la atención que los 18,4 kilómetros de caminos que hubieran tenido que construirse y los 17 kilómetros de tendidos de electricidad y sus zonas de servidumbre que impiden la vegetación bajo el cableado, hubieran obligado a talar 1.187 hayas, robles y pinos albares, como informa la evaluación de impacto ambiental.

(Más información, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos)