Idean un puente sobre la N-I que una El Vallés con Briviesca

S.F.L.
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El alcalde, Álvaro Morales, prepara el proyecto para enviárselo al Ministerio en busca de financiación. Permitiría a clientes del hotel y vecinos trasladarse sin riesgo de accidente

La carretera BU-720 es una de las opciones que el Ayuntamiento ve oportuna para ubicar la pasarela. - Foto: S.F.L.

La distancia que separa el Hotel-Restaurante El Vallés de la ciudad de Briviesca no supera el kilómetro por carretera ni los 400 metros en línea recta. Sin embargo, los peatones que quieran acceder de un punto a otro corren el riesgo de sufrir un accidente al tener que caminar primero por la vía BU-720 y cruzar la N-I. Por ello y con el objetivo de garantizar la seguridad de los viandantes, el Ayuntamiento plantea que se construya una pasarela sobre la nacional.

Se trata de un «inversión inviable» para el municipio, pero con la ayuda del Gobierno central -propietario de la infraestructura- el alcalde de la localidad, Álvaro Morales, considera que se podría realizar «un gran avance» tanto para los briviescanos como para los clientes que se hospedan en el alojamiento. La primera toma de contacto con el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana -encargado de gestionar este tipo de proyectos- la tuvo el pasado lunes aprovechando la visita de la ministra Raquel Sánchez a la ciudad. El socialista expuso el caso, entre otros que urgen, y esta le transmitió que «remitiera la documentación al Gobierno para que los técnicos la estudiaran y trabajasen en ello», aclara.

Lo que Morales solicita es que se «vertebre la zona definitivamente» porque las personas que quieran acceder al centro de la ciudad o los que quieren ir hasta el hotel «tienen que caminar por una carretera sin apenas arcén, dos rotondas y atravesar la N-I con el peligro que conlleva, además de la vuelta que hay que dar», explica el político. «Creo que hay varios puntos apropiados para construir la pasarela. Uno de ellos es desde el Paseo de la Epitafia, junto a las vías del ferrocarril y el río Oca, y el otro a partir de la BU-720, justo en frente del negocio», añade.

No obstante, Morales recuerda que tanto este como otros proyectos diseñados para mejorar diferentes accesos, como la construcción del que unirá la nacional con el polígono, podrán desarrollarse a partir de que el Plan General de Ordenación Urbana se apruebe. A partir de entonces podrán comenzar a redactar la memoria y calcular la cuantía a la que asciende la inversión, que en caso de que se lleve a cabo «evitará posibles accidentes» entre vehículos y peatones.

Turismo. Los propietarios de El Vallés califican la propuesta como «un proyecto de diez muy necesario para la ciudad». Carolina Cobo, del equipo directivo, afirma que en los últimos años «no se han producido atropellos en las inmediaciones pero sí que ha habido más de un susto que se evitaría con la construcción de la pasarela». Por otro lado, la empresaria expone que la gran mayoría de sus clientes «no se acercan» a conocer la ciudad de Briviesca por el «peligro que supone andar por dos carreteras con tanta circulación y tan poco iluminadas».

La llegada del mes de marzo significa un incremento notable en las reservas del negocio con los viajes de los jubilados y de los extranjeros procedentes del Norte de Europa que se mudan a sus segundas residencias del sur de España y Portugal. Sin embargo, y a pesar de mostrar los atractivos del municipio «nos cuesta muchísimo que caminen hasta el centro o que cojan sus vehículos después de conducir tantas horas al día». El actual trayecto genera tanto rechazo entre los huéspedes que los propios dueños del hotel adquieren los productos gastronómicos que les encargan con la intención de que se ahorren el paseo. «Son turistas dispuestos a gastar dinero en Briviesca en los establecimientos pero que al no disponer de las infraestructuras adecuadas optan por permanecer en las zonas comunes descansando», afirma.

A su vez, son muchos los briviescanos que reconocen que irían en más ocasiones a comer o cenar, pero que el hecho de tener que conducir hasta allí les frena. «No te puedes tomar tranquilo ni un par de vinos y volver andando es un riesgo», apostilla Carlos, un vecino.