El panorama que presentan los dos embalses de Burgos, el de Úzquiza y Arlanzón, es algo más positivo desde la semana pasada. Las intensas lluvias que han caído desde el pasado domingo 22, casi 60 litros por metro cuadrado, han permitido al sistema del Arlanzón repuntar el volumen de agua almacenada por primera vez desde finales del pasado mes de marzo. Las altas temperaturas que ya se sucedieron en abril, unidas a la sequía que ha azotado al verano burgalés y a un histórico mes de octubre en lo meteorológico, no hicieron sino mermar las reservas de los dos embalses.

Sin embargo las lluvias que han caído estos últimos días han permitido virar la situación. De este modo, el embalse de Arlanzón ha sumado 4,9 hectómetros cúbicos esta semana, unos 4.900 millones de litros de agua. Esta instalación registró ayer 14,8 hm3 frente a los 22,4 que tiene de capacidad, un 66,3%. Por poner en perspectiva, hace doce meses el embalse de Arlanzón tenía almacenados 11,6 hm3, mientras que la media de la última década sube a los 12,4 hm3. La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha recogido 69,7 litros por metro cuadrado de precipitaciones desde el lunes pasado, más del triple de las anotadas en Burgos.

El de Úzquiza, con una capacidad notablemente mayor (74,6 hm3), se mantiene estable en 34,7 hm3. Durante la última semana, tal y como apuntan en la página web de la CHD, apenas ha registrado un descenso de 0,6 hm3 pese a certificar el organismo público precipitaciones de hasta 43,4 litros por metro cuadrado.

Los 34,7 hm3 de agua embalsados representan un 46,5% de la capacidad total de este complejo. El año pasado Úzquiza mantenía por estas fechas un volumen de 32,6 hm3, mientras que la media de la última década se eleva hasta los 39,7 hm3.

En el conjunto del sistema del Arlanzón, de los 97 hm3 que hay de capacidad hay 49,5 hm3 de agua, un 51%. El año pasado eran 44,2 hm3, 5,3 menos, mientras que el promedio entre 2012 y 2022 asciende a 52,1, 1,6 hm3 menos.