Una media de 2 suicidios al mes pese a la mayor concienciación

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Burgos mantiene desde hace años una tasa de 9,1 por cada 100.000 habitantes. El año 2022 se cerró con 30 muertes autoinflingidas, cuyas víctimas fueron mayoritariamente varones

Cada vez se divulga más para prevenir el suicidio. En la imagen, presentación a los medios de Apresuic. - Foto: Jesús J. Matías

Aunque se trata de un problema de salud pública de grandes dimensiones -hace ya mucho tiempo que mueren muchas más personas por esta causa que por accidentes de tráfico- el suicidio ha tardado en incorporarse al debate público y aún sigue siendo un tabú, por ejemplo, la publicación en los medios de comunicación de los casos que se producen todos los meses en esta ciudad. Ha sido a partir del confinamiento por la pandemia y las alarmantes secuelas que dejó en la salud mental a nivel general cuando se ha comenzado a hablar mucho más del estado emocional de las personas y, de forma paralela, de los intentos autolíticos y los fallecimientos por esta causa. En Burgos tiene una tasa de 9,1 por cada 100.000 habitantes, dos puntos más que la media nacional, pero la mitad que la Unión Europea. 

El año 2022 se cerró con un total de 30 suicidios en toda la provincia, según datos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Burgos, una media de algo más de dos al mes. Se trata de un problema mayoritariamente masculino, pues de todas esas personas que murieron, 25 fueron varones y 5, mujeres. Las edades, según explica el director del centro, el forense Amador Martínez Tejedor, fueron muy variadas: el mayor tenía 89 años y el menor, 23, pero terminaron con su vida personas con 87, 82, 75, 64, 54, 51, 33 o 26 años. 

«Con esta cifra hemos vuelto a la senda de años anteriores. En Burgos llevábamos dos décadas en las que todos los años había entre 30 y 33 suicidios, pero en el año 2021 se llegó a los 38, una cifra que reveló un crecimiento puntual del que no se puede sacar ninguna conclusión significativa, pero que elevó la tasa hasta el 10,4», explica el experto.

Aunque nunca es sencillo explicar por qué hay personas que toman una decisión de estas características y Martínez Tejedor advierte de que se trata de un problema multifactorial, no sería aventurado apuntar al momento de cambio que se vivió entre 2020 y 2021 con la pandemia de covid por en medio, lo que cambió la vida de tantas personas de una manera tan radical: «Podría apuntarse a una liberación después de la presión a la que fuimos todos sometidos por el confinamiento o incluso a una peor detección de cuadros psiquiátricos por el momento que vivió el sistema sanitario. Tampoco sería descabellado pensar en la velocidad a la que se han sucedido los acontecimientos y al individualismo que ha propiciado la pandemia».

Frente a esta situación, hace ya tiempo que se han incrementado las acciones para concienciar a la sociedad, pero el forense cree que esta divulgación aún tardará en tener un reflejo para bien en la estadística. «Es muy beneficioso que cada vez se hable más de ello y que desde todos los ámbitos se empiece a trabajar, como ya se está haciendo, pero deberá pasar aún más tiempo antes de que veamos algunos resultados».

Martínez Tejedor recuerda que detrás de una conducta suicida hay un problema de salud mental en un porcentaje elevado de casos y que el principal riesgo de suicidio es que haya habido un intento anterior. Por eso valora muy positivamente no solo que se haya puesto en marcha un plan regional, sino que el Hospital Universitario de Burgos haya estrenado su unidad funcional de prevención con el objetivo, entre otros, de atender antes de 72 a quien haya tenido una ideación o un intento autolítico, y que los diferentes estamentos sociales (educativos, sanitarios, sociales, medios de comunicación, fuerzas de seguridad, justicia...) hayan unido sus fuerzas en el Grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio, Apresuic, que hace una enorme labor divulgativa en colegios, institutos, asociaciones y ante profesionales de todos los ámbitos.

«Es muy importante que haya una buena coordinación entre todos los sectores para que cada vez haya una mayor eficacia en la detección precoz, en el apoyo a las personas afectadas», añade el forense, que, aun así, se quiere mostrar optimista a futuro: «Solo el hecho de que se haya empezado a hablar de ello con más normalidad ya es muy valioso. Espero que todas estas medidas que se están tomando y su acertada coordinación den pronto buenos resultados». 

PARA PEDIR AYUDA

>TELÉFONO DE EMERGENCIAS: 112

>LÍNEA DE ATENCIÓN A LA CONDUCTA SUICIDA: 024

>GRUPO DE APOYO A SUPERVIVIENTES.
jflorenzo@yahoo.es, degamonal@gmail.com. También se les encuentra en Facebook como Grupo de Apoyo a Supervivientes de Suicidio. Formado por personas que han perdido a alguien por esta causa.

>TELÉFONO DE LA ESPERANZA.
Atiende en los siguientes números 947 10 71 09 / 647 907 096/ 717 003 717

>ASOCIACIÓN PROSALUD MENTAL (PROSAME).
Teléfono: 947 22 39 16. Correo electrónico: info@saludmentalburgos.org.

>GRUPO DE APOYO A LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO (APRESUIC).
prevenirsuicidioburgos@gmail.com. También se les puede encontrar en Instagram en la cuenta @prevencionsuicidio.burgos.