El oso aún no vive en el norte de Burgos pero hace incursiones

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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La Fundación Oso Pardo ha tenido que aplazar el estudio de la expansión del plantígrado por la zona oriental debido al incremento de la población en tierras leonesas. Anuncia que lo hará en 2024

El oso aún no habita en el norte de Burgos pero hace incursiones de forma continua.

Es cuestión de tiempo que el oso pardo vuelva a habitar los montes del norte de la provincia: su presencia esporádica, que se registra continuamente desde hace unos años, así lo hace presumir. Aunque aún no se ha estabilizado, el crecimiento de la población de úrsidos anticipa esa realidad. El Monte Hijedo y el Valle de Zamanzas ya son territorios por los que se ha dejado ver este fabuloso animal, como confirman desde la Fundación Oso Pardo. Sin embargo, el análisis exhaustivo de la presencia en Burgos de este plantígrado, que es uno de los proyectos que tiene esta ONG que contribuye al estudio y conservación del mismo, de su hábitat y entorno, ha tenido que aplazarse precisamente por el incremento de ejemplares en las zonas de Palencia y León. 

Su director, Guillermo Palomero, confía en que el año que viene pueda iniciarse un estudio de la expansión del oso por la zona oriental de la Cordillera Cantábrica, especialmente en las comarcas burgalesas que se hallan más al norte. «La población de osos está creciendo y una de las consecuencias de ello es que se intensifican los movimientos y la dispersión. Por eso va a ser uno de nuestros principales proyectos: estudiar con más detalle todas las vías de expansión que tienen hacia el este. Haremos público un mapa de dispersión porque esta es una especie que tiene una capacidad de exploración notable cuando su población crece». En este sentido, son los machos los que se mueven hacia otros territorios. «Por eso es necesario evaluarlo con atención porque no es descabellado que en unos pocos años pueda registrarse una presencia constante y estable del oso en la provincia de Burgos».

Según los últimos datos que maneja la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en la Cordillera Cantábrica ya se contabilizan 370 ejemplares (más de la mitad en Castilla y León) de esta especie, que sigue hallándose en peligro de extinción. Se han identificado ejemplares 120 en la zona oriental y 250 en la occidental. Y se ha conseguido el ansiado 'corredor Cantábrico', con mezcla de ejemplares de ambas zonas, según han demostrado los análisis genéticos. Desde hace varios años la Junta de Castilla y León y los gobiernos de Galicia, Asturias y Cantabria han trabajado por recuperar esa población y hacer un corredor Cantábrico que garantice la continuidad de la especia. Y ha sido todo un éxito.

Asimismo, la Junta de Castilla y León prueba desde hace meses un sistema desarrollado por la Fundación de Patrimonio Natural para intentar alejar a los osos de las poblaciones. Se trata del radiomarcaje, que se coloca a los ejemplares una vez capturados en una trampa que no les hace daño. Si el oso entra en un huerto o en un frutal y no pasa nada, volverá porque sabe que hay alimento. Las llamadas 'Patrullas oso pardo' se encargan de esa captura y radiomarcaje. Es una trampa no invasiva. A través de un radiocontrol se identifica que ha entrado un oso y se cierra. Después se hace el radiomarcaje y a partir de ahí se sabe dónde se encuentra el ejemplar en todo momento.

Un plan especial. Ese seguimiento permite ahuyentar al oso si se acerca a los pueblos. Se trata de una patente de la propia Fundación que está en pruebas y que se suma a otras medidas, como el asesoramiento a la población sobre cómo debe actuar ante el avistamiento de un oso: hay que llamar al 112 para que se ponga en marcha el sistema. Las cuatro comunidades de la cordillera Cantábrica -Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León- contabilizaron según los últimos datos un total de 41 osas, 35 en la subpoblación occidental y seis en la oriental, con 73 crías, 64 en Occidente y nueve en Oriente. En el caso de la población osera castellano y leonesa, se contabilizaron ocho osas y 14 crías en 2017, cifras que arrojó el censo que los gobiernos de las cuatro comunidades elaboran anualmente, y que confirma la consolidación y el incremento de la población en el sector occidental y un ligero aumento en el oriental. 

La especie cuenta con plan de recuperación desde el año 1990 en la Comunidad. Trascurridos casi 30 años desde la aprobación del plan de recuperación, parece que la tendencia regresiva no sólo se ha detenido sino que empieza a dar buenos resultados, como son la ocupación casi total de la Cordillera Cantábrica, así como el notable aumento en la fracción reproductora de osas con crías cada año.