Autor de más de 180 publicaciones, entre ellas 11 libros y 75 artículos, este catedrático y experto en ordenación territorial y urbanística, medio ambiente y desarrollo sostenible, ha dedicado muchas horas a estudiar el Plan Estratégico de la PAC derivado de la reforma que marcará el futuro del sector agrario y del mundo rural en el horizonte del año 2027. 

2023 estará marcado por una reforma que introduce cambio importantes para el sector agrario y ganadero. ¿Cuáles son las principales novedades a su juicio?
Digamos que hay novedades importantes pero que no rompen con la  historia de la Política Agraria Común, como son la definición de agricultor activo y, sobre todo, la convergencia de los distintos derechos de pagos que siguen existiendo pero que se van a ir homogeneizando a nivel europeo en busca de una mayor solidaridad. Así, se aplicará un límite en las ayudas en función del volumen de sus activos económicos y hay una disminución progresiva de ayudas para los que más derechos tienen en beneficio de los que tienen menos. Es difícil saber cual va a ser el resultado, pero parece que el pequeño agricultor se verá beneficiado y el grande perjudicado con menor ayuda por hectárea.  

¿Cómo afecta a Castilla y León, una región eminentemente agrícola?

Si la convergencia es rápida y buena, la nueva PAC la afectará positivamente, ya que en el año 1992 cuando se fijaron las ayudas por hectárea, la región salió perjudicada. En cuanto a los eco regímenes, creo que benefician si se aplican bien. Aquí también va a diferir de unas comarcas a otras y saldrán beneficiadas las que son menos productivas.  

Ha mencionado la palabra asociada a la reforma que más controversia e inquietud genera. ¿Qué son los eco regímenes?
Son una especie de contrato voluntario que va a realizar el agricultor, en el que este ofrece un compromiso mayor en materia medioambiental, fundamentalmente. Hay 9 eco regímenes que en Castilla y León podrían aplicarse todos porque la mayor parte de la superficie está en secano, secano húmedo y regadío. Pero fundamentalmente estaríamos hablando de dos en cereal y leguminosas, que son la rotación y la siembra directa. La primera ya es una práctica habitual del buen agricultor, pero ahora hay que rotar el 50%, con una ayuda de 47 euros por hectárea, mientras que en la siembra directa, más respetuosa con el suelo, se cultivaría un 47% sobre rastrojo de la campaña anterior con una ayuda similar a la anterior. 

¿Eso significa que la siembra directa irá en aumento en provincias como Burgos?  
Indudablemente, lo que pasa es que este año como no se conocía la normativa en agosto, se levantaron bastantes rastrojos por lo que muchos agricultores no podrán hacer esa siembra esta campaña. De ahí la incertidumbre y las quejas que ha habido por falta de información.

La alimentación mundial está en riesgo, con las zonas productivas amenazadas por el cambio climático»

Los responsables de la Consejería de Agricultura se han pronunciado contra la reforma... 
Desde el punto de vista jurídica podremos ser críticos por el retraso porque cada diez días salen nuevos borradores, y a nivel práctico tampoco se puede decir que a Castilla y León le vaya a beneficiar, excepto en la convergencia que beneficiará a muchos pequeños y medianos agricultores. También hay que decir que a la preocupación por la PAC, se junta el incremento de costes de producción y la inestabilidad de los precios lo que no ayuda al optimismo.

¿Si tuviera que definir la nueva PAC  en 3 palabras, cuales serían?  
Es difícil, pero serían exigencia de un mayor compromiso en el nivel de la ayuda básica como en la complementaria de los eco regímenes; obligatoriedad de muchas cosas que eran voluntarias y una PAC verde. 

¿La PAC debe ser una palanca de transformación del medio rural?
Yo así lo creo; el resultado a largo plazo no puede ser malo. Se estabilizará una agricultura que cumpla los objetivos de la Agenda 2020-30 y que mantenga la rentabilidad de la actividad, vital para que subsista.

Existe la sensación de que la Unión Europea ha abandonado el mundo rural. ¿Usted también lo percibe?
En parte sí, salvo en la primera PAC del año 1958 a 1992, en la que la apuesta era muy firme y se garantizó, vía precios, al agricultor que no iba a perder dinero con su actividad, después sí se ha abandonado. Cuando se firma el tratado de Marrakech los dos agentes mundiales más importantes en el mercado agrícola eran EEUU y Europa, ahora Europa ha perdido influencia en beneficio de terceros países.    

¿La nueva PAC favorecer la incorporación de jóvenes y mujeres, pilares esenciales de desarrollo rural?
Sí y pretende hacerlo primando la ayuda básica incluso con mucha más aportación que en estos momentos, también para la mujer.

Si las cosas se hacen bien, la PAC  será beneficiosa para la región» 

¿Cómo valora de cada vez los jóvenes que llegan al campo tengan carreras universitarias?
Siempre es bueno y no solo títulos universitarios sino de formación profesional que los hay muy buenos en el sector agrario, porque esta actividad va a esta muy mediatizada por normas que no solo son agrícolas, como es la facturación electrónica que le afectará porque es una pyme. Además, se está cociendo una directiva del control de resultados de pequeñas y medianas empresas y para afrontar esa nueva realidad cuanta más formación, mejor. No es que no la tuvieran los antiguos, pero pesaba más lo que se había visto y lo que aportaba el sector comercial. Ahora se avecina un cambio muy importante porque la propia actividad agraria está digitalizada y es muy tecnológica, y todos los datos se acabarán registrando en la Dirección General de cada Consejería.

El agricultor se reivindica como productor de alimentos. ¿Está en riesgo la alimentación mundial?
Francamente creo que sí. La última crisis que padecimos en 2007-2008  hizo un daño tremendo en el tercer mundo y ahora se va a producir  igual; el grano que procede ahora del Mar Negro lo están dejando salir a pesar de la guerra, pero al final no va al tercer mundo sino a países como España o Italia. Y a eso se suma el cambio climático, este año con malas cosechas en Europa; todo indica que puede ser una grave amenazada porque la mayoría de las zonas más productivas están amenazadas por ese cambio en el clima.