Algunos usuarios de bicicleta han montado en cólera estos días, y así lo han hecho constar de manera vehemente en las redes sociales, porque la Policía Local ha aumentado los controles a los ciclistas y ha comenzado a multar a todos aquellos que incumplen la normativa. Y es que, aunque el virus ha sido el gran protagonista en los últimos meses, no se puede olvidar que a principios de año entró en vigor la nueva ordenanza de movilidad, la cual regula, por fin, la circulación de los vehículos de dos ruedas, amén de otras circunstancias como el horario de acceso del tráfico de carga y descarga en las calles del Centro Histórico. Una vez finalizada la desescalada, el trabajo del cuerpo municipal también va volviendo a la normalidad y eso incluye reforzar la vigilancia en este aspecto.

La norma para ciclistas es clara. Solo pueden circular por la calzada, por el carril bici o por las llamadas áreas de tráfico restringido en el caso de los residentes en calles peatonales. Esto deja los paseos y las aceras solo para los viandantes. Es precisamente en estas zonas donde desde hace una semana están incidiendo en sus controles los efectivos del cuerpo municipal. El Espolón, un lugar donde todavía se incumple demasiado, ha sido uno de los principales objetivos. Básicamente porque en Marceliano Santamaría, la parte pegada al río, existe un carril habilitado.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)