84 tonadas con raíces muy de aquí

I.M.L. / Aranda
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La recopilación del cancionero arandino está a punto de ver la luz, tras 3 años de trabajo

El Chilindrón lleva 24 años celebrando su cantada popular, que ayuda a que no se pierda esta tradición. - Foto: Peña El Chilindrón

La historia se suele encontrar en archivos que atesoran documentos que relatan el acontecer de siglos pasados, y que los estudiosos rescatan para entender nuestro pasado. Pero alguno de esos momentos o personajes del pasado tienen banda sonora propia, como es el caso de las canciones que, de manera popular, han pasado de boca a oreja y han llegado hasta nuestros días para relatar cómo era la Aranda del siglo XX. Con verdadero afán, la etnomusicóloga Lola Pérez Rivera, prematuramente fallecida, comenzó una labor de rescate de esas tonadas, con la ayuda de Javier Cebas Gañán, que ha completado la labor para editar Cancionero Popular de Aranda de Duero. 

La publicación, que está a punto de imprimirse gracias a la financiación del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y la colaboración del Ayuntamiento arandino como patrono, cuenta con 272 páginas en las que, además de la contextualización histórica de este tesoro musical, se incluye tanto la letra como la partitura de las 84 tonadas diferentes, con unas 120 letras, que lograron rescatar los dos directores del trabajo en tres años de investigación.

Cebas confiesa que «igual hemos llegado tarde porque muchas de las canciones que podíamos haber recogido se han perdido», ya que el repertorio popular arandino no había llamado hasta ahora la atención de los estudiosos. «Los folcloristas buscaban lo auténtico, pero Aranda, al ser un cruce de caminos, se invadió por otras músicas y estilos, como la zarzuela o la música aragonesa por los que venían a vendimiar y dejaban sus canciones y compusieron otras, por eso muchas de las canciones de aquí se parecen tanto al cántico de jota aragonesa», resalta uno de los estilos más presentes Javier Cebas, codirector de este trabajo, en el que también han detectado otros estilos como el pasodoble o las habaneras.

Las temáticas son de lo más variado. «Hablan de la Virgen de las Viñas, de las bodegas, muchas del callejero de Aranda o de personajes que existieron, y suelen tener un toque irónico, más en unos temas que en otros, pero eran como un noticiero popular», explica Cebas su función. Y el escenario en el que nacían y pasaban de unos a otros también es muy de Aranda. «Lo que más nos han contado es que se cantaban en los figones, los antiguos asadores, aunque seguro que en la bodega también se cantarían, con el trago de vino, se la aprendían todos y luego salían a la calle a cantarla», apunta Cebas. «Pepe Cebrecos, 'El Aguja', nos contaba que, cuando era joven, apuntaba la letra y luego la practicaba en casa para enseñársela a otros», recuerda el codirector de este trabajo uno de los testimonios recogidos en las jornadas para hacer aportaciones celebradas en la Casa de Cultura, muestra de cómo se transmitían estas tonadas.

A ese encuentro acudieron sólo cuatro personas pero dio mucho de sí. «Nos aportaron algunas canciones que yo no había escuchado y que no estaban en ningún sitio», apunta Cebas, además de ampliar las letras de algunas canciones, como En el aceite, que no conocían. Todo este trabajo pronto verá la luz, en una amplia publicación que se ha organizado como un manual «para que los arandinos lo puedan cantar y, además, que sirva para los estudiosos», confía Cebas.