Sólo el campo recibirá ayudas por el duro pedrisco de abril

I.P. / Burgos
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Agroseguro contabiliza 270 partes de agricultores de Arlanza y Pisuerga que vieron arrasados sus cultivos por la tormenta de granizo del 29 de abril. Los afectados por daños en coches, viviendas, enseres e infraestructuras no han tenido ninguna ayuda

En Los Balbases muchas fincas de cultivo quedaron completamente arrasadas como la que se ve en la foto durante la visita que realizaron in situ los peritos. - Foto: Jesús J. Matías

Los agricultores de las comarcas de Pisuerga, Arlanza y parte de la Ribera del Duero afectados por la tormenta de granizo del pasado 29 de abril han recibido indemnizaciones por un valor de 4,5 millones de euros, según los datos facilitados por Agroseguro. La mayor parte de las ayudas, 4,2 millones corresponden a las fincas de cereales, trigo y cebada fundamentalmente, así como algo de girasol que se dio por perdido y algunas otras fincas sembradas de alfalfa.     

Esa cantidad supone un 39,1% del total de las indemnizaciones que Agroseguro ha pagado en la provincia de Burgos por daños de pedrisco durante toda la campaña, que se ha elevado a 11,5 millones de euros, de los que 11 millones se refieren a cultivos herbáceos, y el resto, 500.000 euros, a incidencias en el viñedo y algún otro cultivo.  

En total, los partes presentados a la entidad aseguradora rondaron los 270 entre las tres zonas, la mayor parte de ellos procedentes de los siniestros ocasionados en Los Balbases y su entorno, la más afectada por la tremenda granizada en las vísperas del 1 de mayo. 

La tormenta de piedra que descargó durante cuatro horas se fue desplazando a lo largo de una franja de 200 kilómetros desde su punto de origen en la localidad de Espinosa de Villagonzalo, en la provincia de Palencia, hasta la soriana de San Esteban de Gormaz, atravesando hasta 15 municipios burgaleses -desde Melgar a Tubilla del Lago- de las comarcas mencionadas. Según los datos aportados tras las inspecciones llevadas a cabo los días sucesivos, las tierras con siniestro, en uno u otro grado de pérdida del cultivo, rondaron las   20.000 hectáreas, aunque se estimaron en unas 8.456 las que fueron arrasadas prácticamente al 100% en las localidades de Los Balbases, Castrojeriz, Melgar de Fernamental, Padilla de Abajo, Santa María del Campo, Villaquirán de la Puebla y Villazopeque. 

Por lo que respecta a las que tuvieron una incidencia media y que también presentaron partes al seguro por siniestro fueron Arenillas de Río Pisuerga, Belbimbre, Cilleruelo de Arriba, Fontioso, Palacios de Río Pisuerga, Pinilla Trasmonte, San Llorente de la Vega y Villaquirán de los Infantes. 

Según el informe elaborado en su momento por el Gabinete de Ingeniería Rural a instancias de los ayuntamientos de las tres comarcas, con los datos aportados a estos por los afectados en base a los partes presentados, los daños ocasionados se valoraron en los 5,5 millones de euros. Finalmente, las indemnizaciones se han saldado con un millón de euros menos.

Cabe destacar que muchas de esas tierras arrasadas se pudieron levantar y resembrar de girasol, recuerdan desde la sede regional de Agroseguro, que se volvieron a asegurar. La sequía que ha afectado el campo de la provincia también ha afectado a este cultivo; en algunas zonas los agricultores han dado igualmente parte de la merma de pipas, por la que habrán cobrado del seguro según el porcentaje de pérdida de producción, pero ya fuera de las ayudas específicas por el granizo de finales de abril.   

Sin ayudas directas. Las fincas de cultivo no fueron las únicas que sufrieron los efectos de la granizada, que también se cebó en vehículos, fachadas y naves, puertas y ventanas, tejados y canalones, cristales, luminarias, vías públicas, arbolado y jardines e incluso, daños en garajes, tanto de titularidad privada como municipal. 

La valoración de esas incidencias se calculó en unos 2,04 millones de euros, que se sumarían a los 5,5 millones del cereal. Los alcaldes de las localidades afectadas no se quedaron con los brazos cruzados, sino que constituyeron una comisión de seguimiento y encargaron la peritación de los siniestros. Una vez realizada esta, se reclamó la declaración de zonas catastrófica o en su defecto, ayudas directas, tal y como demandaron al subdelegado de Gobierno y al delegado territorial de la Junta de Castilla y León, administraciones donde presentaron el informe pericial.

Transcurridos 5 meses, ni los particulares ni los ayuntamientos han recibido respuesta oficial alguna a sus peticiones ni, por supuesto, ayudas para paliar esos años, tal y como confirman desde la organización agraria UCCL, que se integró en la comisión, ni desde algunos de los municipios más afectados, como Santa María del Campo y Los Balbases, desde donde se explica que cada vecino o los ayuntamientos solo ha recibido la compensación por parte de sus seguros privados en los bienes que tuvieran suscritas las pólizas.

Dositeo Martín, en ese momento alcalde de Santa María del Campo, así lo certifica, incidiendo en que las únicas ayudas públicas que se han recibido ha sido para la sustitución de las cubiertas de uralita, «que pueden solicitar todo el que quiera cambiarlas porque es una línea abierta por la Junta de Castilla y León, pero no exclusiva por el daño ocasionado por el pedrisco».

Por su parte, Pedro Miguel Soto, alcalde de Los Balbases coincide con Martín. Su pueblo fue uno de los que más daños registró, tanto en bienes de los particulares como en infraestructuras municipales, estas cuantificadas en unos 35.000 euros. El regidor afirma que el seguro contratado por el Ayuntamiento ha sufragado el coste de las reparaciones en los tejados y cristales de la Casa Consistorial, las antiguas escuelas, el consultorio y casa del maestro. 

Sin embargo, ese tipo de daños no estaba asegurado en el caso del polideportivo, por lo que la reparación de las 16 lucernarias rotas -con un coste de 8.000 euros-, ha corrido a cargo de las arcas municipales, así como la inversión en farolas, cables y bombillas de calles y travesías, cifrada en 18.000 euros, y en las zonas ajardinadas y arbolado que también sufrieron los efectos de la granizada.