La novedad entró en vigor hace 22 días, el 1 de abril, pero no ha dejado de generar problemas y equívocos en el seno de las empresas burgalesas. Los cambios en la gestión de las incapacidades temporales por enfermedad común están provocando retrasos de hasta 10 días en la tramitación digital de las bajas médicas, lo que afecta a la organización de las plantillas y tampoco ayuda en la lucha contra una de las grandes preocupaciones de los departamentos de recursos humanos, el alto absentismo laboral.

En principio, todos los implicados -Seguridad Social, mutuas de accidentes laborales, médicos de Atención Primaria, empresas y trabajadores- consideran que la gestión digital de las incapacidades temporales es buena y evita trámites presenciales para los que el afectado no se encuentra en las condiciones de salud óptimas.

Coinciden, además, en que la experiencia durante la pandemia, cuando se eliminó la entrega presencial de los partes en papel de baja, confirmación y alta por el riesgo de contagios, fue muy positiva y acertada.

Sin embargo, el Real Decreto 1060/2022 no solo oficializa la digitalización de todo este proceso, sino que suprime la obligación que tenía el trabajador de comunicar a la empresa su baja por enfermedad, dado que ahora es el sistema el que lo hace. 

Hasta el pasado 1 de abril, había un plazo legal de 3 días para que el afectado presentase los partes de baja o confirmación al departamento de recursos humanos y de 24 horas para comunicar el de alta y la consiguiente reincorporación al puesto de trabajo.

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