El transporte de mercancías por carretera inicia este año con una menor carga de trabajo respecto al cierre de 2022, un año en el que las turbulencias económicas redujeron un 6,5 por ciento la actividad, por lo que movieron 148,6 millones de toneladas. No obstante, la bajada del precio de los carburantes se ha convertido en un alivio para un sector que espera el Gobierno prorrogue a partir del 30 de junio los diez céntimos de descuento. Menos trabajo supone también una caída de los precios para estos profesionales, según explica a Ical el portavoz de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera (Fetracal), el palentino Óscar Baños, quien señaló que están notando un menor movimiento de mercancías en lo que va de año, si bien reconoce que 2022 al final fue «bastante mejor» de lo que parecía en un inicio, cuando las cosas «pintaban muy mal».
El portavoz de Fetracal recalcó que el Gobierno debe mantener el descuento de los diez céntimos que entró en vigor en abril, si bien entre enero y marzo fue de 20 céntimos. Recordó que los combustibles, aunque tienden a bajar de precio, siguen más caros que antes de la guerra de Rusia en Ucrania. También demandó a la Junta que extienda a todo el año la exención de tasas por la renovación de las tarjetas o autorizaciones de transporte. En ese sentido, Óscar Baños recordó que los precios de los vehículos siguen «disparados», porque de los 100.000 euros que podía costar una cabeza tractora se ha pasado a 130.000 o 140.000 euros. También advirtió de que los servicios esporádicos no están pudiendo incorporar las subidas del carburante, ya que los contratos suelen incluir una cláusula de combustible que modula hacia arriba o abajo los precios.
Además, la inflación también está haciendo que sus costes se incrementen, más allá de lo que ocurra con el carburante, debido a que las facturas las ruedas, los trabajos en el taller, la compra de vehículos o incluso los gastos en restauración han aumentado en los últimos meses. En el lado positivo, destacó que se está cumpliendo de la prohibición de la carga y descarga por parte de los conductores, así como del pago a 60 días. Estas mejoras, ya previstas, pero que han visto la luz el pasado año.
El transporte arrastra la crisis de precios y carburantes - Foto: FS ICAL148 millones de toneladas
El transporte de mercancías en Castilla y León, un territorio central en las comunicaciones entre la cornisa cantábrica, Portugal y el centro del país, anotó un peor comportamiento el pasado en la Comunidad que en el conjunto de España. En total, movió en todo el país 1.588 millones de toneladas, un 2,8 por ciento menos, lo que supone cuatro puntos menos que la caída registrada en la Comunidad. 2022 no fue un buen año para el sector del transporte en relación a 2021, cuando su actividad fue ligeramente superior y marcó un máximo no visto en la última década. Entonces movió más de 159 millones de toneladas por las carreteras, frente a los 148,62 del pasado año, lo que dibuja una tendencia descendente no vista en los últimos años a excepción de lo que ocurrió en 2020 con la pandemia de la covid-19.
El primer trimestre de 2022 fue positivo, pues dejó una mayor carga de trabajo, lo que a partir de abril se rompió, con descensos de la actividad. Así el cuarto trimestre marcó un cierre del ejercicio en negativo, pues en los últimos tres meses los camioneros gestionaron 38,2 millones de toneladas, un 4,48% menos. Todo llevó a 2022 a dejar una contracción del transporte del 6,59%. No obstante, el volumen de carga de las empresas en Castilla y León fue superior a lo registrado en los últimos años diez años, salvo 2021, que se convirtió en un espejismo, por su máximo no se ha mantenido.
Por último, desde Fetracal, su portavoz Óscar Baños hizo un llamamiento a la administración para hacer más «atractivo» el sector del transporte de mercancías por carretera, para facilitar la incorporación de jóvenes. Para ello, planteó una apuesta por la formación, debido a la tecnología incorporada a los vehículos, por ayudas para obtener el carné de conducir y por reducir los tiempos de espera para la cara o descarga.