Los bolardos se quedan y convivirán con las cámaras

D. ALMENDRES
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El Ayuntamiento de Burgos descarta instalar más elementos, pero destaca la fórmula mixta aplicada en el centro

El Ayuntamiento no sumará más bolardos electrónicos y apostará únicamente por las cámaras de control en el resto de localizaciones distribuidas por Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

Después de dar muchas vueltas al asunto, el Ayuntamiento de Burgos ha tomado una decisión definitiva acerca de la presencia de las pilonas que controlan los accesos de los vehículos a las zonas peatonales. Los elementos ya instalados seguirán en sus ubicaciones actuales y mantendrán su cometido para convivir en el futuro con la red de cámaras desarrollada en los últimos años.

Los técnicos destacan el rendimiento ofrecido por esta fórmula mixta, si bien consideran que su utilidad conjunta solo es realmente necesaria en el centro histórico. La idea inicial era apostar exclusivamente por el sistema de visión artificial en todos los puntos estratégicos, pero el nivel de alerta antiterrorista descartó en su momento la retirada de los bolardos.

Aunque siempre estará la opción de mantener bajadas estas estructuras, el planteamiento es aprovechar la aportación de las dos tecnologías por el carácter disuasorio de los pivotes situados en el cogollo de la ciudad.
Eso sí, el Ayuntamiento no sumará más bolardos electrónicos y apostará únicamente por las cámaras de control en el resto de localizaciones distribuidas por Burgos. «Las que están se quedarán al estar instaladas en las zonas más sensibles por la concurrencia de viandantes», explica Ángel Barrio, jefe de Tráfico.

La red de vigilancia actual se completará en los próximos meses. De un lado, cabe destacar que la futura implantación de la Zona de Bajas Emisiones contempla la instalación de 56 puntos de control reforzados con 59 cámaras. Estos dispositivos registrarán los movimientos en vídeo para gestionar el paso de los vehículos en los sectores más sensibles.

De otro, el Ayuntamiento de Burgos contempla en el contrato de gestión de tráfico el desarrollo de nuevos sistemas de visión artificial en otras ubicaciones de la capital.

Aunque queda un largo camino por recorrer para aplicar una ordenanza que aún no ha concretado su redacción, la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones también tendrá un efecto directo en la limitación de movimientos de los vehículos. 

Muchos coches, camiones y furgonetas profesionales que acceden diariamente a estos puntos deberán adaptarse a la futura normativa medioambiental. La administración local asume que se tratará de una transición compleja y el concejal de Tráfico, Adolfo Díez, avanza que la medida no será drástica.  «La puesta en marcha del proyecto se dilatará en el tiempo para dar margen a los ciudadanos a adaptarse», explica el edil. Por ello, las restricciones no serán inmediatas y el Ayuntamiento de Burgos considera que será necesaria una moratoria para cumplir con el futuro reglamento.