La Asociación para el Desarrollo de Tierra de Lara urgió ayer al delegado territorial de la Junta la firma de un protocolo que permita a esta entidad, que engloba a una treintena de localidades, gestionar culturalmente el rico patrimonio que atesora su territorio, siempre bajo la titula de la Administración regional que tienen la competencia en esta materia. Esta fue una más de la batería de reivindicaciones, propuestas o sugerencias de las muchas que Tierra de Lara llevaba a su segundo encuentro con el delegado territorial de la Junta en menos de un mes.

La firma de ese protocolo agilizaría cualquier iniciativa que desde la asociación se pondría en marcha referida al patrimonio de la zona y que se centraría fundamentalmente en una programación de tipo cultural o relacionada con la promoción del turismo. Tierra de Lara entiende que el patrimonio es una riqueza cultural, pero también un recurso turístico y económica para el desarrollo de la zona. De ahí su idea de canalizar una oferta turística que no solo se centre en ese patrimonio, sino que aúne también la riqueza etnográfica y la propia actividad de las gentes de la comarca, con visitas a explotaciones agrícolas punteras, donde se pueden conocer la realidad de la ganadería o agricultura y la elaboración de productos para completarlas con actividades culturales en los propios monumentos. La idea es lanzar esta propuesta turística a través de una página web.

Por otra parte, Rubén Heras, vicepresidente de la asociación, también mostró al delegado territorial la preocupación en el medio rural por el recorte del 30 por ciento en las ayudas a los grupos de acción local, que repercutirán negativamente en la puesta en marcha de iniciativas que favorecen el desarrollo de los pequeños pueblos. Igualmente, plantearon la posibilidad de que la Junta estudie implanta en la comarca el transporte a la demanda para completar el servicio actual y mostraron ante Fernández-Mardomingo su apoyo a los alcaldes afectados por el levantamiento de las viejas vías del Santander-Mediterráneo al considerar que su desmantelamiento no contribuye a mejorar el desarrollo económico. En este sentido, abogan por buscar alternativas a su uso y no su desaparición.