El amargo alivio de Fadma

C.M. / Burgos
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Fadma Ait Youssef Se jugó la vida para llegar a España en patera en junio. Al irse, dejó atrás la casa que ahora es la tumba de su familia por el terrible terremoto que asoló Marruecos. Busca un futuro en Burgos

Fadma se emociona al pensar en el sufrimiento de amigos y familia. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Aferrada a su teléfono móvil en el que muestra las fotografías y vídeos de cómo el terremoto ha arrasado Trufin, -el pueblo de Marruecos que la vio nacer-, que le han enviado sus amigos, Fadma Ait Youssef se emociona y no puede evitar las lágrimas.

La casa en la que vivía junto a su tía de avanzada edad, que la crió cuando su madre murió, y sus cuatro primos se vino abajo y todos perdieron la vida bajo los escombros. Asegura, momentos antes de entrar a clase de español en la Asociación Atalaya, que si no hubiera decidido emprender rumbo a España ahora ella no estaría viva. «Terminaron de cenar, se fueron a la cama y el terremoto les pilló durmiendo. La casa se les cayó encima», asegura esta mujer de 44 años, traducida por un compatriota dado que todavía no puede expresarse fluidamente en español.

Las edificaciones de este pequeño pueblo, situado en la cordillera del Atlas, a unas siete horas en autobús de Marrakech, son de adobe y no resistieron el seísmo de mayor intensidad de la historia de este país. Se vinieron abajo y la práctica totalidad del pueblo quedó reducido a escombros, al igual que los caminos, muchos de ellos de tierra dado que se trata de una zona rural en la que sus habitantes se dedican a la agricultura y la ganadería. De hecho, son origen bereber.

(Más información, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos)