Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Repsol

17/04/2023

«Hola, buenas tardes. Tiene usted mala cara ¿se encuentra bien?». Confieso que esa pregunta me cogió por sorpresa, sobre todo porque no me la hacía la enfermera de un centro de salud ni nadie que pudiera estar interesado en mi estado de ánimo, no. Era una empleada de la gasolinera de Repsol en la que había parado a repostar y claro, uno no espera que Repsol dé formación específica a sus trabajadoras para que se interesen por la salud de sus clientes, o que tenga un departamento específico de humanización del repostaje, por decirlo de alguna manera, y yo fuera beneficiario de ello. Pero así fue y quedé muy agradecido.

Puede que nos hayamos acostumbrado a que nos traten mal, la pandemia dejó muchas secuelas y una de ellas fue separar a los miembros de la especie humana para que no nos contagiáramos unos de otros y salvaguardar nuestra salud a toda costa que en el fondo es lo que importa. Y así se hace en muchos ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo los bancos no quieren vernos entrar por la puerta: qué es eso de ir a sacar tu dinero cuando a ti te venga bien, no, les tiene que venir bien a ellos y algunos hasta te adjudican un gestor personal que es quien marca la pauta de tu relación con el banco.

Cita Previa, es el mantra de los mantras, sin cita previa no entras ni en el cielo, organismo oficial al que van los justos cuando acaban su tránsito por este valle de lágrimas, y no hay ya organismo oficial que se precie que no te exija cita previa.

Y qué decir del médico de cabecera, te dan cita previa hasta para hablar con él por teléfono. Incluso la telefónica de hace años era más rápida: pedías una conferencia con Barcelona desde Madrid, que así se hacía, y en unos minutos empalmaban lo que tuvieran que empalmar y estabas hablando con Barcelona. 

Y qué me dicen de los ayuntamientos, de Hacienda, de casi todo. Así es que yo estoy muy agradecido a Repsol porque sin cita previa no sólo me han vendido gasolina sino que se han preocupado por mi salud con una educación exquisita, algo que no siempre encuentras en ese peregrinar en el que cuando en algún sitio te tratan bien, lo cuentas, porque es noticia.

En adelante repostaré en Repsol: un gesto amable no tiene precio.