Miranda rozará los 800 pisos rehabilitados desde 2013

ARSENIO BESGA / Miranda
-

El Casco Viejo y el área de Ebro-Entrevías llegan a unas 600 viviendas, a las que se añaden los arreglos con fondos europeos. Los vecinos ni se habrían«planteado hacerlo sin ayuda»

El ARU ha mejorado muchos edificios de la zona de Ebro-Entrevías pero varios bloques protegidos aún necesitan arreglos. - Foto: A.B.

La oficina que se encargará de gestionar las nuevas ayudas del entorno residencial de rehabilitación programada, que afectarán a la zona de Ebro-Entrevías, funcionará desde el lunes a pleno rendimiento. El edil de Patrimonio y Rehabilitación, Carlos Diez, explica que «ya había entrado el arquitecto y el día 1 entra el auxiliar», por lo que podrán cerrar «las condiciones, revisarlas y tenerlas, como tarde, el día 15 de abril». Esos documentos darán forma a la ordenanza que regulará las subvenciones y, así, se podrá abrir la convocatoria para que se postulen los particulares.

Este programa de arreglo de edificios se distribuirá en tres fases, que alcanzarán los 150 pisos para 2026. Se trata de una cifra elevada, pero, en realidad, el dato global de viviendas rehabilitadas con subvenciones es mucho más alto. Por un lado, también deben añadirse otras 20 viviendas que se mejorarán en el Casco Viejo de la mano de la Asociación Renacimiento del Centro Histórico. Por otra parte, han de tenerse en cuenta las aquellas que ya se han ejecutado. Allá por 2013 se materializó por completo el plan del Área de Regeneración del Centro Histórico (ARCH), con más de 250 pisos, y en 2020 se terminó el Área de Regeneración Urbana (ARU), que superó las 340.

Es decir, con las nuevas ayudas impulsadas por los fondos europeos la ciudad del Ebro rozará las 800 viviendas rehabilitadas. Y los vecinos beneficiarios no esconden su alegría. Por ejemplo, Mauro, un mirandés que ahora vive en la zona de Ebro-Entrevías y antaño fue propietario de inmuebles en el CascoViejo, recuerda que «las subvenciones del ARCH permitieron arreglar» dos de sus casas y comenta que «salió todo muy bien, porque se pagó rápido y era necesario». Según cuenta, en su caso recibieron unos 18.000 euros para arreglar cosas como el tejado, algo que ni siquiera se habría «planteado sin la ayuda» porque no podía permitirse «poner tanto dinero» de su «bolsillo».

El Casco Viejo mejoró su estética con esta intervención, algo que también ha ocurrido en área de Ebro-Entrevías. Concha, una residente de la calle Ciudad de Toledo, apunta que en su comunidad han «arreglado un poco la fachada, los balcones, los vierteaguas y algunas cosas puntuales del tejado que se iban deteriorando». En su caso lo han hecho con fondos propios, pues encararon la inversión hace un año, cuando no había ayudas disponibles. En cualquier caso, valora de forma muy positiva el impulso que han dado programas como el ARU a su zona, pues cree que «es importante cuidar las casas y los barrios, aquí se han ido haciendo cosas, se han arreglado muchas y se les da un lavado de cara». Según cuenta, «ahora la cosa alegra más la vista, porque no se ven las casas desconchadas ni se da mala imagen del barrio».

Pero todavía falta mucho camino por recorrer, como explica Tomás, un residente de la calle Reyes Católicos. Este mirandés reconoce que en la zona de Ebro-Entrevías «se han rehabilitado bastantes, pero faltan muchas casas por hacer y sobre todo entre las que están protegidas y tienen la placa del Ayuntamiento». Según opina, el proceso de recuperación del barrio «va muy lento» y destaca que «hay unas cuantas viviendas que se han dejado abandonadas, pese a que son muy bonitas y tienen unos miradores y galerías preciosas».