Dos intentos de robo en apenas dos horas. Es el balance que dejó la mañana del domingo en la iglesia de Santa Catalina, en Aranda de Duero. Todo apunta al mismo individuo, que en ambas ocasiones entró encapuchado al templo y, al parecer, directo hacia el lampadario con el objetivo de sustraer la recaudación. Sin embargo, ambas veces se topó con el párroco, que frustró  sus intenciones. La primera tuvo lugar a primera hora. «Me dijo que era rumano y que necesitaba ayuda», cuenta el cura.

Acto seguido, se dispuso a hacer una llamada para asistirle, pero el encapuchado salió huyendo de inmediato. A las dos horas regresó... e irrumpió en plena misa, a eso de la una menos cuarto, en un momento en el que la iglesia se encontraba prácticamente llena de fieles.     

El párroco le reconoció. Fue entonces cuando interrumpió la celebración para preguntarle si necesitaba algo. Nuevamente, se marchó corriendo, sin que ninguno de los presentes -perplejos- pudiera retenerle, tal como apuntan varios testigos. «Entró con una desfachatez tremenda y le tuve que llamar la atención», detalla el párroco de Santa Catalina, mientras subraya que en el último mes se han producido cuatro robos de la recaudación del lampadario de la iglesia.

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