Las redes sociales han sacado a la luz infinidad de casos de acoso escolar. Esos vídeos que se hacen virales son, en realidad, un arma de doble filo. Sirven por un lado para poner sobre la mesa un asunto que preocupa a la sociedad. Pero también ponen en el foco a la víctima, pues se difunden imágenes de su humillación. El trabajo de la Fiscalía de Menores, por tanto, se antoja capital para atajar este tipo de asuntos con los que trabajan estrechamente con los centros educativos. En Burgos, las cifras permiten concluir que no existe un problema. No obstante, cabe resaltar que la gran mayoría de episodios no se pueden judicializar porque los infractores tienen menos de 14 años. Es decir, son inimputables. 

La estadística se repite año tras año. En 2020, llegaron a la Fiscalía de Menores nueve casos de acoso, de los cuales siete fueron cometidos por chavales que no habían cumplido esos 14 años. En 2021, llegaron una quincena de los cuales solo tres se pudieron judicializar. Y el año pasado, la cifra fue la misma. «En Burgos no tenemos un problema con este tipo de asuntos. Además, hay que recordar que aunque muchas veces se denuncia como acoso una vez que nos ponemos a investigar se concluye que no lo es», señala la fiscal delegada, Nuria de Prado.  

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