El desenlace de Montefibre se traducirá en kilos de chatarra. La emblemática empresa mirandesa ha escrito su liquidación y la compañía Construcciones y Excavaciones Erri Berri comenzará en las próximas semanas con los trabajos de desmantelamiento de la factoría, una vez que el Ayuntamiento ha aprobado la primera autorización. Las tareas se acometerán en dos fases, con un plazo inicial de cuatro meses y la administración concursal ingresará 2,7 millones de euros, de la firma que ya realizó el desmontaje de la papelera de Rottneros en Miranda.
Así se escribirá el desenlace de una histórica fábrica, en la que ya no hay ni electricidad desde el 31 de diciembre y la vigilancia se realiza gracias a generadores. Debido a la inseguridad en la que se encuentran las instalaciones, y a que ya han sufrido algún robo menor, los responsables quieren comenzar cuanto antes el desmantelamiento. Por lo tanto, la primera fase se espera que comience el próximo mes y finalizará en agosto.
De momento, Erri Berri ha aportado cerca de medio millón de euros a la administración concursal por el contrato. Además, el calendario de pagos establece que en el momento en el que finalice la primera etapa, la mercantil aportará otros 600.000 euros. Para dar por concluida esta fase, la empresa debe cumplir trabajos menores, como la retirada de la maquinaria sin uso, el cableado, el mobiliario y otros elementos, como los equipos informáticos que se conserven en las instalaciones.
Mientras acometen todas estas tareas, la firma que ha conseguido el contrato tramitará la segunda licencia, con el objetivo de ganar tiempo y concluir en menos de año y medio.En este caso, la compañía abonará 1,7 millones de euros por lo que saque de la demolición a cota cero de algunos edificios y el desmantelamiento de instalaciones, en un proceso en el que tendrá que gestionar los residuos que se generen, en una fábrica que tuvo durante años productos químicos.
Por todo eso, habrá que sumar otros 12 meses de trabajo. Además, Erri Berri durante este tiempo pagará a Endesa por la ocupación de los terrenos, porque pertenecen a la eléctrica. Por este concepto, la empresa que afrontará el desmantelamiento abonará mensualmente 5.000 euros , por lo que la factura total ascenderá a los 60.000 euros si se agota el año establecido como tope.
Aunque Montefibre lleva sin actividad años y la Confederación Hidrográfica del Ebro ha retirado el permiso de vertidos al río, hay edificios que deben mantenerse por si hay una segunda vida.En la mayoría de los casos pertenecen a Endesa y quedarán en pie: la portería exterior, la zona de oficinas y dirección, la planta de desmineralización de agua, el almacén general y las talleres de mantenimiento, así como la planta de preparación de masa y la sección de hilatura, o el almacén de material rechazado. Todas estas dependencias quedarán libres de escombros, elementos tóxicos y con los sistemas de suministros listos para retomar la actividad.
Deuda de 44 millones. La administración concursal cerró la liquidación por la deuda que arrastraba Montefibre. Los 2,7 millones de euros que pagará Erri Berri por la chatarra no bastarán y no todos los acreedores cobrarán. Entre ellos están buena parte de las administraciones públicas, ya que debe algo más de un millón de euros al Ayuntamiento, otros ocho a la Agencia Tributaria, 2,8 a la Seguridad Social o 22 millones a la Junta de Castilla y León por una multa medioambiental. Respecto a los trabajadores, la plantilla cobró buena parte de las cantidades del Fondo de Garantía Salarial, aunque todavía se les debe de manera conjunta cerca de medio millón de euros, que esperan recibir con lo que el administrador concursal reciba de Erri Berri.