Hasta siete retretes se pueden contabilizar en una escombrera que, mes a mes, no deja de crecer a las afueras de Aranda, en dirección hacia Fuentespina. Hay quien ha decidido que ese lugar, junto al canal, resulta el más 'idóneo' para tirar un colchón, una nevera, bloques de hormigón, puertas, ventanas, tubos, restos de ladrillos y azulejos de alguna reforma e, incluso, varios pares de zapatillas de estar por casa, los viejos tacones que ya no lucirá más y hasta sus bragas. La estampa es casi calcada al comienzo del término de La Lobera. El gran volumen de escombros arrojados en un terreno pegado a unas viñas hace pensar que es el resultado de unos cuantos años de incivismo. A los neumáticos se suman sillas de plástico, botes de pintura, una cubitera y una oveja muerta.
Estos son sólo dos de los al menos nueve focos de insalubridad que se acumulan en este momento en Aranda, unos cerca del centro, como los dos montones ubicados en las eras de Santa Catalina desde hace tres años, a escasos metros de varios bloques de viviendas y un parque infantil, y otros en la periferia. Entre estos últimos se incluyen las dos escombreras en las traseras del cementerio municipal, donde se amontona basura de todo tipo. En este caso, una parte de la parcela es privada y otra municipal, lo que limita la actuación del Ayuntamiento. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Fernández, indica que lo irán quitando «en la medida que se pueda» y hace un llamamiento al civismo. Detalla que hasta ahora no se ha pillado a nadie in fraganti tirando escombros -clave para imponer sanciones-, pero mantienen la vigilancia. Respecto a la actuación global en escombreras que tienen pensado impulsar, aún no se ha establecido una fecha. En todo caso, Fernández matiza que dependerá de Obras.
Por su parte, desde la Guardia Civil subrayan la importancia de denunciar y animan a los ciudadanos a que les llamen si ven a alguien tirando escombros. Aclaran que se puede hacer de forma anónima y remarcan que una vez que les facilitan datos como las coordenadas o la matrícula del vehículo, verifican si se prolonga en el tiempo y representa un depósito al libre albedrío.
El capítulo de escombreras lo completan las ubicadas en Cantaburros y en los caminos de La Colonia y Pizarro, según enumera Antonio Adeliño, presidente de la asociación vecinal de Santa Catalina, quien lamenta que la gente sigue arrojando desperdicios «por estar perdido de la mano de Dios». Algunos voluntarios quitan plásticos «pero no se ha hecho nada más».
«Se normaliza». Por su parte, la educadora ambiental Candelas Iglesias, impulsora de Abubilla Ecoturismo, recuerda que hay dos formas de concienciarse con el respeto hacia el medio ambiente: por las buenas, desde pequeños, fomentando el compromiso, o por las malas a través de las denuncias. «Lo que duele al bolsillo suele funcionar más rápido». A su juicio, este es un problema de adultos que por ahorrarse un dinero no acuden al punto limpio. «Al final se normaliza, ves escombros y no te canta a la vista porque siempre ha estado ahí, te sale gratis y otros hacen lo mismo», critica para acto seguido cuestionar: «¿Qué ejemplo damos a los niños? ¿Y a quiénes nos visitan? El ciudadano debe saber que todas las medidas proceden de su dinero. Tanto manchas, tanto gastas».
Los muebles se recogen de forma gratuita. El Ayuntamiento de Aranda de Duero, dentro del servicio de aseo urbano que presta, lleva a cabo la recogida de muebles y enseres de forma gratuita para los ciudadanos. El único requisito es llamar previamente al teléfono 947506050, donde les informan del día que pasarán a llevarse el mobiliario del que se quieran desprender.
Asimismo, cabe recordar que el punto limpio, ubicado en la carretera de La Aguilera permanece abierto desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. Por otra parte, la recogida de aceites vegetales usados en el ámbito doméstico se efectúa en las calles Alameda, Duero, San Antón, Miranda do Douro, la avenida El Ferial y la Plaza Velázquez.