Un empleado que libraba 'salva' un entierro en Aranda

L.N. / Aranda
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A la baja del tercer trabajador del cementerio de Aranda se sumó que la Brigada de Obras ayer no estaba disponible. Así que, como ocurre desde hace meses, la inhumación se realizó con el apoyo de las funerarias

La Brigada de Obras ayer no estaba disponible. Así que, como ocurre desde hace meses, la inhumación en el cementerio de Aranda se realizó con el apoyo de las funerarias. - Foto: Alberto Rodrigo

La falta de personal en el cementerio municipal de Aranda de Duero se ha vuelto prácticamente una constante. El único trabajador que se encontraba ayer de guardia se vio obligado, una vez más, a solicitar la ayuda de la Brigada de Obras del Ayuntamiento de la capital ribereña para afrontar un entierro. Sin embargo, no estaba disponible.

Acto seguido, se puso en contacto con varios responsables municipales del servicio. Sin éxito. Así que después de varias llamadas infructuosas, no le quedó más remedio que telefonear al compañero al que le correspondía librar el fin de semana, ya que el tercer empleado que presta sus servicios en el cementerio de Aranda se encuentra de baja médica en este momento. 

Así que, aunque 'in extremis', el entierro se pudo llevar a cabo gracias a que este trabajador que tenía que disfrutar de su libranza decidió acudir al cementerio y colaborar con su compañero y gracias también a que otros tres empleados de las funerarias les asistieron, algo que se repite desde hace meses. Sin ellos su labor sería totalmente inviable, dado que sólo la lápida pesa un mínimo de 100 kilos y el descenso de un féretro requiere al menos cuatro personas.

Esta situación se arrastra desde hace tiempo. En 2021, el cementerio de Aranda llegó a quedarse sin ningún trabajador en activo por diversas bajas y una jubilación. Después, en 2022, un único operario tuvo que afrontar los entierros como pudo y en varios momentos llegó a recibir la ayuda de los familiares de los fallecidos.

A ello se suma que el camposanto acumula varios meses sin sepulturas prefabricadas a la venta y que apenas quedan una veintena de nichos libres. El Ayuntamiento movió ficha a finales de febrero para intentar solucionar este panorama. El equipo de gobierno recurrió a una modificación de crédito extraordinario para construir 51 nichos por 45.000 euros. Después, en el pleno de mayo, se aprobaron otros 160.000 euros para tumbas. Por ahora, no se ha hecho nada.