Isa Martín López

Plaza Mayor

Isa Martín López


Kilómetro 0

17/10/2023

La tendencia de la sociedad, invadida por las redes sociales y el postureo, nos lleva a valorar más lo que viene de fuera que lo que tenemos aquí cerca. Hagan la prueba, compartan una foto de un escenario internacional (canales de Venecia, el Louvre, la Quinta Avenida o un templo hindú) y otra de su entorno (Atapuerca, las cascadas del valle de Tobalina, la plaza de Peñaranda de Duero o las ruinas romanas de Clunia) y comprobarán que tendrán más 'me gusta' en las primeras. 

Será cosa del algoritmo o qué sé yo, pero estamos dejando de reconocer y presumir de la visita o el producto de kilómetro 0. Muchos prefieren una bandeja de sushi antes que un plato tradicional. Nos vamos de vacaciones a llenar el pasaporte de sellos en vez de conocer la riqueza patrimonial más cercana. Nos pirramos por una hamburguesa de wagyu en vez de proclamar a los cuatro vientos las mil y una formas de degustar el lechazo. 

Y esa predilección por lo exótico, lo que viene de lejos, hace peligrar una cultura rica en sabores, olores, texturas, escenarios, atardeceres, riqueza natural y patrimonial. Por ejemplo, en el expositor de una frutería lo que primero se acaba son aquellas manzanas relucientes y homogéneas, que parecen de plástico, antes que las heterogéneas reinetas. «Yo esas no las quiero, mamá, que son muy feas», le espetó un chaval a su progenitora el viernes al acompañarla a hacer la compra. Craso error, jovencito. Yo me llevé dos kilos de esas feas manzanas reinetas, de Caderechas por supuesto, y fue una fiesta para mi paladar (y para el de los que las probaron en la tarta receta de mi madre).

Si no consumimos lo nuestro, sus productores dejarán de cultivarlo o criarlo, los gestores turísticos y hosteleros cerrarán por falta de rentabilidad. Apostemos por el consumo de aquí, por el futuro de lo nuestro.