La Consejería de Sanidad y San Juan de Dios cerraron ayer con acuerdo el proceso de negociación de un nuevo «modelo de colaboración singular» mediante el que servicios del HUBU podrán derivar a pacientes de Sacyl a San Juan de Dios durante los próximos dos años, hasta finales de 2024. A falta de que las partes especifiquen los detalles, ha trascendido que la sanidad pública pagará, aproximadamente, un millón más al año de lo que abona ahora por los servicios concertados. Es decir, se pasará, en principio, de un canon anual de 5,3 a unos 6,3 millones.

Es de prever que esta semana se informe de la letra pequeña del nuevo convenio, prorrogable hasta finales de 2026, pero las dos partes coinciden en que la colaboración mantiene la esencia de lo firmado en 2018: la sanidad pública derivará hospitalizaciones de media y larga estancia, así como a quienes tienen necesidad de cuidados paliativos -materias en las que la Orden religiosa es especialista- y, por otra parte, habrá concierto para cirugías de Oftalmología, Cirugía General y Vascular y, en principio, también para patología menor de Traumatología. La novedad es que el hospital privado asumirá otras prestaciones, como la atención de pacientes de Dermatología, tanto primeras consultas como alguna intervención quirúrgica. Y también habrá concierto para algunas técnicas diagnósticas con mucha demanda, como es el caso de las ecografías. Por último, se ha acordado que San Juan de Dios potenciará también su unidad de ictus, incluyendo logopedia, de forma que los pacientes derivados reciban una atención más completa que ahora.

El número máximo de pacientes que podrán ser derivados no ha trascendido todavía, y tampoco el importe que Sacyl pagará por cada prestación. Lo habitual es que el grueso del presupuesto anual se destine al pago de las hospitalizaciones de media y larga estancia, así como a la prestación de cuidados paliativos (...).

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