El viejo mercado que inició una nueva era

D. ALMENDRES / Burgos
-

El Mercado Norte encara sus últimos meses al servicio de los burgaleses. Su inauguración hace 56 años tomó el testigo del Mercado de Santocildes para revolucionar los hábitos de la compra

La expectación durante el primer día de actividad del Mercado Norte fue máxima. - Foto: Archivo Histórico DB (Fede)

Finalizadas las obras del futuro recinto provisional, el horizonte marcado en el mes de enero o en el comienzo de febrero de 2024 para completar el traslado del Mercado Norte a la coqueta dotación levantada en el corazón de plaza de España aún puede parecer lejano. Sin embargo, quedan por aclarar cuestiones fundamentales relacionadas con la mudanza antes de ver a los profesionales en su próxima ubicación. Mientras tanto, la vieja estructura sigue al pie del cañón como cada día desde hace 56 años.

El Gobierno de coalición del Ayuntamiento de Burgos se marca como objetivo prioritario definir antes de que acabe el año el modelo de gestión de la estructura provisional y mantiene la puerta abierta a hacer modificaciones en el proyecto. Los concesionarios, por su parte, encaran sus últimos meses en un edificio ahora vetusto que en su momento revolucionó los hábitos de los burgaleses.

Ha pasado más de medio siglo desde que el mercado de abastos abriera sus puertas para dar una mejor respuesta a comerciantes y ciudadanos. El recinto inaugurado el 19 de marzo de 1967 por el alcalde Fernando Dancausa cogía el testigo del Mercado de Santocildes con una apuesta realmente ambiciosa destinada a cambiar las rutinas diarias. En palabras del regidor recogidas aquella jornada por este periódico, esta obra y otras actuaciones acometidas en aquella época suponían «el primer peldaño del Burgos nuevo que todos, y de forma muy especial el Ayuntamiento, nos afanamos en lograr».

La espera se hizo larga, puesto que tuvo que pasar un lustro para que el Mercado Norte comenzara su actividad. El plan se puso en marcha en octubre de 1962, cuando el Ayuntamiento aprobó en sesión plenaria la construcción del edificio. El arquitecto municipal Martín Tárrega fue el encargado de dar forma a un proyecto que un año más tarde dio un nuevo paso adelante tras aprobarse un presupuesto inicial que superó los 21 millones de pesetas. 

A esa cantidad se sumó posteriormente la ampliación de la obra, los 5,5 millones de pesetas de la urbanización de los accesos, los 3,9 millones de las cámaras frigoríficas y las 450.894 pesetas destinadas a la instalación del alumbrado público exterior. Además, los adjudicatarios abonaron parte de los 4,7 millones de pesetas necesarios para la instalación de los letreros, de los techos y de las verjas de cada uno de los establecimientos.

Una vez rematados todos esos detalles, el Mercado Norte se puso en marcha con una superficie útil de 9.528,75 metros divididos en tres alturas (sótano, planta y piso) para dar cobertura a un total de 218 puestos interiores. Comenzaba así una aventura desarrollada durante 50 años muy largos que, a la vez, se han pasado en un pestañeo.

El día a día, el trasiego de los clientes que van y vienen, las maratonianas jornadas de trabajo y los cambios sociales provocaron que al final del siglo XX comenzara a surgir el debate sobre qué hacer con una dotación que antes o después iba a quedarse obsoleta.

Fue a finales de 1998 cuando las máquinas comenzaron a trabajar en el edificio de plaza de España para acometer una profunda remodelación. Valentín Niño era el alcalde de la ciudad y aquella intervención se estiró hasta el máximo posible antes de apostar, 25 años después, por la construcción de un nuevo Mercado Norte. Pero esa será otra historia que también tendrá su miga.

La sustitución de la cubierta de ladrillo por una de cobre fue una de las principales actuaciones completadas en una rehabilitación integral que incluyó la adaptación del semisótano en planta comercial.El 28 de mayo de 1999 se reinauguró el mercado de abastos y ahora, un cuarto de siglo después, toca iniciar una nueva etapa en este punto clave de actividad comercial. Todo lo vivido desde aquel lejano 19 de marzo de 1967 quedará en el recuerdo de varias generaciones de profesionales, de clientes y de transeúntes que dieron vida a un mercado de abastos preparado para ceder el testigo. Es la hora construir el futuro.