Editorial

Un discreto mes de junio en materia de empleo que invita a la cautela

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Los signos de fortaleza que el mercado laboral español ha exhibido en los últimos tiempos se han visto empañados por una creación de empleo menor a lo habitual para un mes de junio. El freno en el ritmo de generación de puestos de trabajo parece una realidad, más si se tiene en cuenta que el sector turístico afronta una campaña histórica. El escenario alterna índices récord con un horizonte que, sin ser todavía alarmante, vendría a ratificar las previsiones que hablan de una progresiva ralentización que se ha hecho visible en el periodo menos esperado. Así, el número de ocupados creció el pasado mes en 54.541, la mitad que en el mismo periodo del año pasado y muy por debajo de la media de la última década que supera los 80.000. Un dato discreto que pone en cuarentena cualquier lectura triunfalista, que no faltan. En relación al desempleo, el paro se redujo en junio en 50.628 personas, una cifra que mejora las del pasado año, pero bastante lejos de ejercicios precedentes en los que el efecto estacional dibuja una caída media en los últimos 10 años de 90.000 parados. También crece la preocupación entre el colectivo de autónomos, cuyo aumento el pasado mes no alcanzó los 7.000 efectivos, el peor dato de la última década.

Aunque con menor intensidad, el verano sigue impulsando el mercado de trabajo, una de las alegrías en el último año para la economía española. El enfriamiento en la afiliación y en la reducción del desempleo no desmienten unos datos históricos que se traducen en 20,86 millones de ocupados, la cifra más elevada desde que hay registros. Y aunque todavía abundante, el total de parados asciende a 2.688.842, el índice más bajo de los últimos 15 años, desde el 2008, que marcó el comienzo de la crisis financiera. Junio certifica un 2023 positivo que deja 191.000 parados menos que hace un año y la creación de 448.000 empleos en el primer semestre. Otros aspectos a tener en cuenta son el crecimiento generalizado en todo el territorio nacional, en la mayoría de sectores y el descenso del paro entre los menores de 25 años, que volvió a registrar un mínimo histórico. Espaldarazo para una reforma laboral aprobada por el Gobierno y que, a raíz de sus últimas intervenciones, parece contar con el visto bueno de Núñez Feijóo.

Detrás de las cifras, la tendencia. Que la cercanía de la cita electoral, la necesidad de Ejecutivo central y comunidades de vender gestión, permitan atender a la deriva del empleo. Junto a las deudas estructurales del mercado de trabajo con el citado paro juvenil, los mayores de 45 años o el de larga duración, es clave la anticipación. Pero entre tanto júbilo por los registros históricos, será el tiempo el que determine si el pinchazo de junio en materia de empleo es solo un paréntesis temporal o viene a anticipar un frenazo más acusado de la economía.